Congo Actualidad n. 149

SUMARIO

EDITORIAL: ¿Una mediación ruandesa? ¿Una nueva operación militar conjunta congo-ruandesa? NO. ¡GRACIAS!

 

KIVU

1. Las operaciones militares contra los soldados desertores de Bosco Nataganda y del M23.

2. Ruanda ofrece su ayuda para solventar el conflicto en Kivu del Norte.

3. Bosco Nataganda acorralado por la CPI y por la HRW.

4. Las FDLR intensifican los ataques a las aldeas.

5. Los Mai-Mai también

EDITORIAL: ¿UNA MEDIACIÓN RUANDESA? ¿UNA NUEVA OPERACIÓN MILITAR CONJUNTA CONGO-RUANDESA? NO. ¡GRACIAS!

Los combates continúan en Kivu del Norte (República Democrática del Congo) entre el ejército nacional y los militares desertores fieles al general Bosco Nataganda, buscado por el gobierno congolés por “indisciplina” y por la Corte Penal Internacional (CPI) que, en 2006, había emitido contra su persona un mandato de arresto por el reclutamiento de niños soldados. Nataganda desciende del Congreso Nacional por la Defensa del Pueblo (CNDP), un antiguo grupo armado pro-ruandés y actualmente transformados, al menos oficialmente, en partido político, miembro de la Mayoría Presidencial (MP). El motín comenzó como respuesta a la fuerte presión ejercida por la CPI y la Comunidad Internacional sobre el presidente congolés Joseph Kabila, con el fin de que él proceda al arresto de Bosco Nataganda.

Últimamente, un nuevo grupo armado se ha manifestado, el Movimiento del 23 de Marzo (M23), dirigido por el coronel Sultani Makenga, igualmente miembro del CNDP. Teóricamente, este nuevo grupo armado reivindica nuevas negociaciones con el gobierno congolés, para acabar la puesta en obra de los acuerdos de paz firmados, de echo, el 23 de marzo del 2009 en Goma y reclama su independencia de Bosco Nataganda. En realidad, seguramente se trate de una estrategia de la mismísima CNDP, intentando abrir varios frentes para obstaculizar la detención de Bosco Nataganda, y al mismo tiempo, proporcionar al gobierno nuevas dificultades, con vistas a nuevas demandas de reivindicación de orden militar (promoción de oficiales) y políticas (algunos puestos ministeriales eventuales en Kinshasa o a nivel provincial).

Al mismo tiempo y aprovechando de esta situación, los rebeldes ruandeses de las Fuerzas Democráticas por la Liberación de Ruanda (FDLR) han intensificado sus ataques contra las poblaciones locales masacrando, solamente en el trascurso de este último mes, más de 250 personas. La amenaza de las FDLR es grave y no debe ser subestimada. Pero hay que abordarla con una estrategia apropiada: la solución militar es claramente insuficiente y extremadamente peligrosa para la población local.

Como si no fuese suficiente, Ruanda ofrece su colaboración para encontrar una solución pacífica y política para nueva crisis a los Kivus. Según numerosos observadores, Ruanda parece ofrecerse como mediadora entre el gobierno congoleño y la nueva rebelión del M23. Esta suspicacia parece estar confirmada por el hecho de que Kigali proponga igualmente una nueva operación militar conjunta con Kivu contra los rebeldes ruandeses de las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR), siempre activos en la provincia. Kigali parece haber olvidado los resultados negativos de las precedentes operaciones militares conjuntas y omite deliberadamente reconocer que solamente un diálogo interuandés inclusivo puede resolver el tema de las FDLR. Un diálogo entre el Gobierno de Ruanda y los FDLR, con vistas de un acuerdo político y de una reconciliación entre ruandeses, es la única manera de desarmar a las FDLR. Pero Kigali no acepta. Por enésima vez, Kigali prefiere utilizar el pretexto de la amenaza de las FDLR para, por una parte, obstaculizar indirectamente la detención de Bosco Nataganda, un residente ruandés y apoyo de confianza en Kivu y, por otra parte, consolidar su presencia en Kivu, para explotar las riquezas mineras de la región, muy rica en coltán, casiterita, oro, petróleo y gas natural.

El rey está finalmente desnudo.

Desde hace siglos, la ONU, el Consejo de Seguridad, la Misión de las Naciones Unidas en la R. D. del Congo (MONUSCO), la Unión Europea y la Comunidad Internacional, deberían haberse dado cuenta que la injerencia de Ruanda sobre la R. D. del Congo en general y en los Kivu en particular es la causa principal de la violencia perpetrada por las FDLR sobre las poblaciones congoleñas y del activismo de los grupos armados congoleses que se oponen de forma radical y con razón, a la ocupación extranjera de su territorio.

Un acuerdo de paz entre el Gobierno de Ruanda y las FDLR permitiría a estos últimos volver a Ruanda en total seguridad y con dignidad. Bastaría con poner fin a la injerencia de Ruanda en Congo, para que los diferentes grupos de autodefensa Maï-Maï puedan depositar las armas a corto plazo.

En tiempos de paz, todo el mundo podría invertir en la extracción y la comercialización de los minerales, en el respeto de los derechos del hombre y en conformidad con las normas nacionales e internacionales. En tiempos de paz ya no habría necesidad de un partido para la defensa de una tribu particular (los Tutsis, por citar uno) notablemente en Congo, donde se hablan unos 450 dialectos y cada una de las 250 tribus son “minoritarias” con respecto a la población congoleña.

El presidente Kabila y el Gobierno Matata tienen ahora la posibilidad de demostrar que tienen la intención y la capacidad de restablecer la paz en todo el país y en Kivu, en especial, instaurando una relación de igualdad y de dependencia, con Ruanda como vecino y guardando la unidad del pueblo, la soberanía nacional y la integridad territorial. ¡La memoria de las victimas, la justicia, el sufrimiento y la voluntad del pueblo congolés lo exigen!

KIVU

1. Las operaciones militares contra los soldados de Bosco Nataganda y del M23.

 

El 8 de mayo, aproximadamente veinticinco toneladas de armas pesadas de tipo mortero y de armas ligeras así como municiones fueron descubiertas y recuperadas por la armada en la granja del general disidente Bosco Nataganda, situada en la región de Kirolirwe en territorio Masisi, a más de 60 kilómetros al noroeste de Goma (Kivu del Norte). Los militares han recuperado también otro cargamento de armas y de municiones en Mushaki, una localidad situada a una cuarentena de kilómetros de Goma, en el mismo territorio. Algunas fuentes locales indican que otros varios escondites de armas sin descubrir aún se encuentran en Masisi y Rutshuru.

El 10 de mayo, durante la noche, los rebeldes del movimiento del 23 de marzo (M23), provenientes del parque nacional de Virunga, tomaron el control de las localidades de Runyonyi, Chanzu y Bikenge, al este de la capital de Rutshuru (Kivu del Norte), tras dos horas de combate que los enfrentó el mismo día por la tarde a las Fuerzas armadas de la RDC (FARDC).

El 12 de mayo, la armada congolesa bombardeó Ruyonyi, origen de los motines, y aseguran sus posiciones en Chanzu y Bikenge. Pero los rebeldes siguen guardando el control de estas localidades. Según fuentes militares, la armada conserva el control de Bunagana, cerca de la frontera con Uganda.

El diputado Jason Luneno declaró que en Goma, capital de Kivu del Norte “ha habido registro en casa de los ex-oficiales de la FARDC que se han sumado al M23. Seguimos encontrando armas en algunas viviendas”. También ha recalcado que “cuando los militares tenían el control sobre los ex-CNDP, los militares CNPD estaban en retirada. Parar las operaciones creó una frustración del lado de las FARDC. Expresaron su sentimiento de decepción, y otros dijeron que ya no estaban motivados para combatir”. Señaló por otro lado que si los amotinados se rindieron, las deserciones continúan. Cerca de 7500 personas se han refugiado en Ruanda, según grupos provenientes de ese país y “cerca de 3000 congoleses” han encontrado refugio provisional en Uganda, según la ONU.

Se trata sobre todo de familias tutsis que abandonan, después de dos semanas, sus hogares de Kitchanga, en territorio Masisi, con el fin de llegar al campo transitorio de refugiados en Nakamira, en Ruanda, vía Goma. Algunos testigos presentes afirman que estas familias dicen temer por su seguridad, desde que las Fuerzas Armadas de la RD Congo (FARDC) han retomado el control de Kitchanga, después de los combates con los rebeldes del Movimiento del 23 de marzo (M23). “¿Se sienten inseguros por qué?” declaró un habitante de la localidad de Kitshanga. Estas migraciones de Tutsis hacia Ruanda inquietan a los habitantes de Kitshanga y Mwesso que deciden quedar en el lugar. Ellos piden a las autoridades poner fin a estos movimientos de población. El administrador de territorio de Masisi declara por su parte que la comunidad tutsi no debe temer. Las condiciones de seguridad en las zonas donde ellos viven están aseguradas por las fuerzas armadas de la RDC.

Según Radio France Internationale (RFI), los amotinados parecen desde ahora divididos en dos grupos, unos con el coronel Makenga y el otro con el general Bosco Nataganda. Las FARDC han bombardeado la comarca de Runyonyi donde se encuentran tropas de insurgentes dirigidas por el coronel Makenga. El general disidente Bosco Nataganda se encontraría refugiado en el parque de los Virunga, más precisamente en la región de Runyonyi: estamos hablando de Mikeno y Karisimbi. Según los medios de comunicación franceses, “de ahora en adelante las FARDC están comprometidas. Combaten a la vez contra los M23 y los fieles al general Bosco Nataganda”. Todos pertenecieron al CNDP y se oponen a dejar Kivu del Norte como exige la reforma militar.

El 18 de mayo, en el trascurso de una conferencia de prensa en Kinshasa, el portavoz del gobierno congolés, Lambert Mende, declaró que Bosco Nataganda y el coronel Sultani Makenga con sus respectivos militares rebeldes se confinan entre las colinas de Runyonyi y Mbuzi, en la frontera de la RD Congo y Ruanda. El espacio en el que se encuentran está perfectamente vigilado por las tropas fieles, aseguró el portavoz que ha estimado a cerca de 300 el número de rebeldes, procedentes de la antigua rebelión tutsi del Congreso Nacional por la Defensa del Pueblo (CNDP).

Lambert Mende, ha invitado a los rebeldes fieles a Bosco Nataganda a reunirse al ejército. Según él de los 350 rebeldes que se habrían atrincherado al sur de Kivu, 304 ya habrían retomado rangos militares. Alistados de nuevo tras interrogatorio, la mayor parte de ellos han sido puestos a disposición de los mandos militares para ser desplegados hacia otras provincias.

Los rebeldes que han desertado desde principios de abril hacia el norte y el sur de Kivu se han reforzado reclutando por la fuerza y adultos además de entablando alianzas con partícipes de las milicias operantes al norte de Kivu (Tsheka, La Fontaine y Alianza por un Congo Libre y Soberano-APCLS), ha afirmado Mende. Entre ellos, ha asegurado, se encuentra también el coronel Mandevu, uno de los principales jefes de las FDLT, los rebeldes hutu-ruandeses de las Fuerzas Democráticas de Liberación Ruandesa.

El ministro Lambert Mende se ha negado a cualquier oferta de negociación con los M23, “esos indisciplinados”, que según él no califica como movimiento de rebelión pues sus reivindicaciones han sido aceptadas desde la firma de los Acuerdos de Goma el 23 de marzo de 2009.

Desde su punto de vista “Nataganda y Makenga, tanto monta, monta tanto, ¡ninguna diferencia!”

El gobierno congoleño llama a los rebeldes bajo las órdenes del general Bosco Nataganda y del coronel Makenga a rendirse “antes de que no sea demasiado tarde”, informando que aquellos que se rindan “reingresarán a las líneas de las FARDC y serán desplegados a otras comunidades de la República”. “Solamente los iniciadores de la rebelión y los criminales serán llevados a los tribunales”.

2. Ruanda ofrece su ayuda para solucionar el conflicto al norte de Kivu.

El 12 de mayo, los ministros ruandeses y congoleños de la Defensa, el general James Kabarebe y Alexandre Luba Ntambo se dieron cita en la prefectura ruandesa de Gisenyi. Ruanda propuso su ayuda con el fin de intentar conseguir un arreglo amistoso de este conflicto. Kigali ofreció ayudar a Kinshasa a encontrar una salida pacífica y política de la crisis actual, sin el uso de fuerzas militares. Es una solución negociada que Kigali propuso a Kinshasa para solucionar la situación actual en el norte de Kivu.

Ahora ya está entonces claro: según varios observadores, Kigali ofrece su mediación entre el poder congolés y el nuevo grupo rebelde M23 dirigido por el coronel Makenga, ex-miembro del CNDP (antigua guerrilla del Congreso Nacional por la Defensa del Pueblo). Según los observadores, esta mediación podría beneficiar al general prófugo Bosco Nataganda, buscado por la CPI (Corte Penal Internacional) y acusado por Kinshasa de estar en los orígenes de nuevos enfrentamientos en Kivu.

Por otra parte, el gobierno congolés sufre presiones internacionales para arrestar al general Bosco Nataganda y entregarlo a la justicia internacional por los crímenes de guerra cometidos en Ituri. Para Kinshasa, aceptar negociar equivaldría a abandonar la persecución con Bosco Nataganda.

Según un comunicado común proveniente del despacho del general Joseph Nzamwita, portavoz del ejército ruandés, la RD Congo y Ruanda acaban de acogerse a un nuevo protocolo en acuerdo con la cooperación en el campo de la seguridad. La orden de la comisión mixta de los agentes de inteligencia de los dos países ha sido ampliada y ha estado encargada de vigilar algunas partes diferentes a nivel transfronterizo, con tal de colaborar en la eliminación de toda eventual “amenaza a la seguridad” entre los dos países. Los jefes de estado mayor de estos dos países deben igualmente “presentar un plan concertado de operaciones” y de preparar también una “cercana operación militar en conjunto” contra los rebeldes ruandeses de las Fuerzas Democráticas de la Liberación de Ruanda (FDLR) que operan en las dos provincias de Kivu. Según algunos informes de seguridad ruandeses, los rebeldes de las FDLR podrían eventualmente aprovecharse del caos que reina actualmente al este de la RD Congo para organizarse en vista a atacar Ruanda. A Kigali, los oficiales ruandeses siempre han hecho saber que Ruanda no se comprometerá a ninguna negociación con los rebeldes hutus operantes en el este de la RD Congo, en la frontera ruandesa.

El 14 de mayo, Lambert Mende, portavoz del gobierno congolés contradijo la información a propósito de una eventual mediación de Ruanda, afirmando que “Es una información que no puedo confirmar en nombre del gobierno. No tenemos conocimiento de petición de mediación por parte de ninguno de nuestros países vecinos”.

La sociedad civil del norte de Kivu se opone a cualquier tentativa de negociación entre el gobierno congolés y los rebeldes del M23. Omar Kavota, vicepresidente y portavoz de esta estructura, estima que “cualquier tentativa de negociación con grupos armados que creen inseguridad y provoquen el desplazamiento de miles de civiles de Kivu del Norte es animar la violencia armada en la región”. Según él, la sociedad civil de Kivu del Norte anima a las Fuerzas armadas de la RDC a proseguir con la persecución de los grupos armados en activo en la región y restablecer la autoridad estatal.

Ofreciendo su ayuda u ofreciéndose como mediador para diálogos entre el gobierno congolés y el M23, Kigali da prueba de estar en la base del nacimiento del grupo M23. Kigali, cuyos intereses geoeconómicos sobre Kivu no hace falta volver a demostrar, hace a la vez de pirómano y de bombero, beneficiándose sin duda alguna de complicidades en la capital del Congo. Es bien sabido que Kigali sigue vigilando todo movimiento en la parte este de la RDC. De hecho, nada se lleva a cabo sin que Ruanda esté implicada con anterioridad. Ruanda sigue a día de hoy siendo la retaguardia de toda tentativa de desestabilización de la RDC en su parte oriental.

El 18 de mayo el ministro de comunicaciones y portavoz del gobierno del Congo, Lambert Mende, declaró a la prensa que el encuentro del 12 de mayo en Gisenyi-Rubavu (Ruanda) de los ministros de la Defensa de la RDC y de Ruanda seguía el orden de los mecanismos bilaterales pactados entre los dos países. Lambert Mende insistió en que “no se ha cerrado ningún nuevo pacto entre la RDC y Ruanda. Solamente un proceso verbal se ha aprobado en la sesión de trabajo que tuvo lugar entre el vice primer ministro congolés encargado de la defensa, Luba Ntambo, con su homólogo ruandés, James Kabarebe”. Este documento “anuncia la decisión en práctica de acuerdos anteriores para activar un mecanismo conjunto de comprobación de la situación de la seguridad en las fronteras comunes” explicó el mandatario.

Estando de acuerdo las dos partes en la puesta en marcha de un mecanismo de prevención contra todo aquello que pudiese perjudicar al clima de seguridad, la RDC aceptó regularizar la situación de cerca de 9000 congoleños exiliados en Ruanda a fin de darles la posibilidad de volver a sus lugares de origen.

En lo que a Ruanda concierne, se apoyan los esfuerzos del gobierno congoleño a estabilizar el este del país de forma definitiva, precisó el ministro Lambert Mende.

No ha querido creer entonces que según la declaración del portavoz del ministro ruandés de la defensa, el general James Kabarebe, Kigali ha propuesto una mediación entre el gobierno congolés y los rebeldes. “Ruanda está dispuesta a ayudar a la RDC a llegar a una solución pacifica -sin armas- y política. Pero, no veo como una declaración así, siempre que haya tenido lugar, puede poner en duda lo que digo: Ruanda no nos ha propuesto ninguna mediación. Podemos buscar una solución política y dando informaciones a los socios” ha mantenido.

En cuanto a la amenaza que representa a día de hoy las Fuerzas de liberación de Ruanda, se ha acordado que únicamente las FARDC llevarán a cabo operaciones en el terreno contra estas fuerzas negativas, la parte ruandesa deberá contentarse con un puesto de apoyo en el mecanismo conjunto de monitorización (vigilancia y evaluación) implicando a expertos de los dos países.

Lambert Mende ha concluido confirmando que, contrariamente a las informaciones relevadas últimamente en la prensa, Kigali no ha presentado a Kinshasa ninguna oferta, ni para una mediación con Bosco Ntaganda y el M23, ni para combatir, en las filas de las FARDC, castigando severamente las FDLR en la RD Congo.

El 18 de mayo, la ministra ruandesa de asuntos exteriores afirmó durante una cita bipartidista entre Ruanda y la RDC en Kigali, que Ruanda no puede llevar a cabo una mediación entre la RDC y la M23 sin haber sido solicitada por el gobierno congoleño.

El 18 y 19 de mayo, la 5ª sesión ordinaria de la Gran comisión mixta Ruanda-RDC tuvo lugar en Kigali. La delegación de la RDC estaba encabezada por Raymond Tshibanda N’Tungamulongo, ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional, mientras que la delegación de la República de Ruanda estaba encabezada por Louise Mushikiwabo, Ministro de Asuntos Exteriores y de la Cooperación.

La sesión se cerró con un comunicado final de las dos partes:

“Concerniente al tema de la seguridad, las dos partes reiteran su compromiso a actuar juntos para poner fin a la existencia de grupos armados en la región.

Las dos partes apoyan sin excepción y animan a la puesta en marcha rápida y efectiva de las conclusiones adoptadas por los ministros de la Defensa de la República de Ruanda y de la República democrática del Congo en su último encuentro en Gisenyi, Rubavu (Ruanda), el 12 de mayo del 2012:

– Los ministros de la Defensa han acordado ampliar el mandato de la Comisión conjunta de los servicios secretos a la verificación conjunta de la situación de la seguridad a lo largo de las fronteras así como del interior de cada país.

– Los Jefes de Estado Mayor de los servicios de inteligencia de los dos países verificarán la eficacia de este mecanismo durante los 10 próximos días.

– En los diez días, los dos Jefes de Estado Mayor General presentarán un plan concertado para las operaciones contra las FDLR. El plan abarcará notablemente un mecanismo conjunto de monitorización de estas operaciones.

-En diez días los jefes de los servicios de inteligencia tienen la misión de poner en marcha un mecanismo de prevención de cualquier acción perjudicial a las buenas relaciones y a la seguridad de los dos estados, especialmente de elementos oportunistas y de propaganda negativa.

– El gobierno de la RDC se compromete a crear condiciones favorables para el retorno más rápido posible de los afectados de las operaciones recientes a sus lugares de origen.

– El gobierno de Ruanda continuará apoyando los esfuerzos de la RDC apuntando a la restauración y mantenimiento de la paz y la seguridad al este de la RDC.

– Tratándose del tema de los refugiados, las dos partes han propuesto proseguir con el convencimiento de éstos a volver a sus países de forma voluntaria en el plazo más breve posible.

Por otra parte, las dos partes han recibido con satisfacción la futura reunión tripartita HCR-RDC-RUANDA en Kigali para tratar el tema de los refugiados en este julio del 2012”.

Lo que calienta las neuronas en este comunicado es la prioridad acordada a las FDLR, estando las FARDC comprometidas en la persecución de los rebeldes dirigidos por Bosco Ntaganda y sus cómplices Makenga Sultani y otros como Kazarama Vianney. Todo esto parece un mercado en el que las prioridades de Kigali priman sobre las de Kinshasa.

El acuerdo llevado a cabo entre la República democrática del Congo y Ruanda favorece a Kigali. Todo gira alrededor de las FDLR. La seguridad de las fronteras comunes no se nombra más que para compensar las largas concesiones acordadas por Kinshasa. Sin moderación alguna, la RDC se ha dejado embaucar por la falaz promesa de cerrar las fronteras a los rebeldes del renegado general Bosco Ntaganda. En contra partida, una nueva operación militar conjunta contra las FDLR está en estudio. La persecución de la FDLR la comprometió en su momento durante una operación militar conjunta llevada a cabo anteriormente mostrando sus límites. ¿Habría que volver a sufrir la misma experiencia?

Desgraciadamente, el gobierno de la RDC ya se habría embarcado en esta vía.

La prioridad para los congoleses en este periodo es terminar con la aventura de Bosco Ntaganda. Lo que le importa a la RDC es neutralizar a Bosco Ntaganda privándole de todo apoyo militar y logístico. Una vez más, Ruanda aprovecha su posición para sobreponer sus preocupaciones a las de la desventajada RDC. El acuerdo firmado con el gobierno de Ruanda no es más que un juego manado.

3. Bosco Ntaganda acorralado por la CPI y por la HRW.

El 14 de mayo, el procurador de la Corte Penal Internacional (CPI) propuso oficialmente una nueva petición de arresto contra Bosco Ntaganda. Pero esta no va apoyada por ningún ejército. Trata sobre la colaboración de la RDC a la que la CPI piensa apoyar para así neutralizar al general separatista. Sin embargo, el ejército congolés está mal organizado, mal equipado y sus soldados mal pagados. La colaboración de la MONUSCO no es muy visible. Por unas razones no muy claras los Cascos Azules enviados a la RDC actúan más bien de observadores, haciendo turismo especializándose en el macabro recuento de cadáveres en lugar de protección de civiles. Y de hecho, la MONUSCO al igual que la CPI son dos ramas de las Naciones Unidas. En el caso específico de la RDC, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas está invitado a revisar de urgencia la copia del mandato de la MONUSCO para permitirle llevar a cabo su función de fuerza de interposición.

El 16 de enero, la ONG Human Rights Watch (HRW) acusa al general Bosco Ntaganda de haber reclutado por la fuerza ciento cuarenta y nueve (149) niños y jóvenes en sus fuerzas armadas entre el jueves 19 de abril y el viernes 4 de mayo en los alrededores de Kilolirwe, Kingi, Kabati, Mushaki, Rubaya y otras localidades camino de Kitchanga, en el territorio Masisi (Kivu del Norte).

En su informe, la HRW estima que entre tres cientos (300) y seis cientos (600) soldados las tropas que han seguido a Bosco Ntaganda en su rebeldía. Ellos habrían alistado a niños y jóvenes de edades entre los 12 y los 20 años. Al menos cuarenta y ocho (48) de ellos tendrían menos de 18 años, y diecisiete (17) menos de 15. La mayoría de todos estos pertenecen a las etnias tutsi u hutu, ha precisado la ONG. Según el reporte de la HRW, las fuerzas de Ntaganda se han apropiado de niños en sus escuelas, sus domicilios, granjas o incluso en las orillas de la carretera a la vez que éstos intentaron huir corriendo o en taxi-motos. Los niños y jóvenes alistados recibieron rápidamente una formación militar y la gran mayoría obligados a llevar armas y municiones a puestos en primera línea de fuego según informa la HRW.

“Bosco Ntaganda ha vuelto a cometer crímenes contra niños, idénticos a los que causaron que la Corte Penal Internacional emitiera un mandato de arresto contra él”, declaró Anneke Van Woudenberg, investigadora en el departamento África en la HRW. “Mientras que Bosco Ntaganda se encuentre en libertad, los niños y civiles que viven al este de Congo estarán expuestos a un serio riesgo de seguridad” añadió la investigadora.

4. Las FDLR intensifican los ataques a pueblos.

Desde que el ejército nacional ha tenido que plantar cara a los militares desertores e Bosco Ntaganda y del nuevo movimiento M23, las milicias de las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR) han intensificado sus ataques a pueblos y cometido masacres espeluznantes.

En la noche del 3 al 4 de mayo, los combatientes de la FDLR atacaron la aldea de Lumenje, situada a 13 Km al noroeste de Bunyakiri (Kivu del sur), y asesinado a 11 personas. Entre las víctimas se encontraban cuatro mujeres que se dirigían al campo. Las FDLR actúan muy a menudo por represalias, cuando sospechan que la población de una aldea es colaboradora del grupo Mai-Mai Raïa Mutomboki.

En la noche del 13 al 14 de mayo, presuntos integrantes de las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR) atacaron la aldea de Kamananga, situada entre Kambegeti y Kambala, marco administrativo de Bunayakiri, territorio de Kalehe, provincia del sur de Kivu, asesinando a 65 personas según la ONG Héritiers de la Justice. La masacre tuvo lugar a 3 kilómetros de la base de operaciones de la Monusco. 31 cuerpos han sido ya encontrados, identificados y enterrados en una fosa común y las búsquedas continúan para encontrar los desaparecidos. Heritiers de la Justice cita una quincena de nombres, pero la lista no es muy exhaustiva.

La mañana del 14 de mayo, la población local organizó una manifestación en protesta contra la MONUSCO, acusándola de “proteger a sus verdugos”. Durante esta manifestación once Cascos Azules fueron heridos, siete de ellos gravemente.

Héritiers de la Justice pide a la Comunidad Internacional que no escatime en esfuerzos para liberar al pueblo congolés de esta plaga de FDLR que ha durado demasiado. En particular induciendo al Gobierno de Ruanda a organizar un dialogo y una reconciliación entre ruandeses con el fin de abrir la vía a los ciudadanos que aún vagan por los bosques dela RD del Congo al país.

En la noche del 16 al 17 de mayo, los rebeldes de las FDLR asesinaron a trece civiles en la localidad de Tchambutsha, en la aldea de Waloa Loanda, situada a más o menos 100 Km al sur de Walikale-centro (Kivu del norte). Informadores locales afirman que estos rebeldes ruandeses lanzaron este ataque en represalia contra los habitantes de esta localidad acusados de haber apoyado a la milicia de autodefensa popular Raïa Mutomboki. El jefe habitual de los de Waloa Loanda, Mwami Kiroba Bulenezi insiste también en que algunos habitantes fueron heridos gravemente con machetes y otras armas utilizadas por los asaltantes. Este habituado responsable ha afirmado por otro lado que los mismos combatientes tomaron prisioneros a otros habitantes de Tshambutsha sin precisar sus nombres. Según Mwami Kiroba Bulenezi, los ataques de las FDLR han aumentado desde el comienzo de las operaciones militares contra los militares fieles a Bosco Ntaganda y los rebeldes del M23 en los territorios de los Masisi y Rutshuru. Por el momento el pueblo de Tchambucha está vacío. La población huye hacia Walikalé-centro, Itebero y Karete mientras que otros han cogido la dirección de Kivu del sur.

En el trascurso de la semana del 14 al 20 de abril, más de cien personas, sobre todo civiles, fueron masacradas al este de la RD Congo durante ataques atribuidos a milicianos Maï-Maï y a rebeldes hutu ruandeses de las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR).

Según Omar Kavota, vicepresidente de la sociedad civil de la provincia del norte de Kivu, hace una semana los Maï-Maï atacaron a las FDLR que en represalia vinieron contra todo aquel que se encontraban por su camino alegando que había colaborado con los Maï-Maï. Añade que a su vez los Maï Maï que iban en busca de las FDLR hicieron lo mismo alegando pertenencia por parte de la población a las FDLR. Se habla de más de una centena de asesinados, la mayoría con arma blanca. Los ataques se dieron lugar en las comunidades de Ufamandu 1 y Ufamandu 2, en los territorios vecinos de Masisi y de Walikale, al norte de Kivu. Entre los asentamientos afectados: Kibati, Kibua, Kilima, Nyakisofi.

Un jefe de la comunidad de Katoyi confirma esta información durante una reunión hecha este domingo 20 de mayo con algunos jefes de pueblos del Masisi. “El 19 de mayo mataron 5 personas, un hombre y cuatro niños en Bitoyi, treinta y nueve personas en Kibati. En Kibua mataron 36, en el pueblo de Kilina Nyakisosi abatieron a 47” compadeció el representante. Una fuente local afirma que los guerrilleros Maï Maï atacaron primero, el pasado 14 de mayo las FDLR.

La actividad de las FDLR y otras milicias locales presentes al norte y sur de Kivu se ha multiplicado desde la suspensión de operaciones militares llevadas con estos grupos decidida el 11 de abril por el presidente congolés Joseph Kabila. Esta decisión había sido decidida debido a la deserción del ejército a principios de abril en estas dos provincias por varios centenares de ex-miembros del Consejo Nacional por la Defensa del Pueblo (CNDP, antigua milicia).

5. Los MAï-Maï también.

Entre el 11 y el 14 de abril, en las zonas de Mbunyampuli y Luvungi, en el territorio de Walikale (Kivu del norte), los enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC) y el grupo MAï-Maï Nduma Defensa del Congo (NDC) de Chaka han dejado al menos 27 víctimas, entre ellos 12 militares de las FARDC y quince milicianos Maï-Maï.

El 22 de abril, nueve militares fueron asesinados en una emboscada tendida por los milicianos Maï-Maï en la región Bunyampuli, en Walikale, al norte de Kivu. Entre ellos, los coroneles Bulumisa Chuma y Kamatimba Pili Pili, respectivos comandantes del 4º sector y del 803º regimiento de las FARDC. Seis soldados también fueron heridos en esta emboscada. Según las autoridades de las FARDC, estos militares estaban en misión en la región de Mpofi-Kibua, lugar donde el grupo Maï-Maï del jefe rebelde Cheka, sus aliados de la ex-CNDP y los “Guías” siembran el terror.

El 24 de abril, sobre las 2 de la mañana, un grupo de milicianos Maï-Maï atacó el campamento militar de Ozacaf de las Fuerzas Armadas de la RDC situado en pleno centro de la ciudad de Beni, provincia del norte de Kivu. El comandante del primer sector de las FARDC asentado en Beni, el coronel Eric Rwiyombere, afirma que los asaltantes fueron repelidos por los militares leales. En el campo militar de Ozacaf se encuentra el despacho de inteligencia militar y el depósito de armas de la base logística del primer sector de las FARDC.

Según algunas fuentes, el campo Ozacaf alberga soldados ruandófonos desplegados en el Gran Norte con el fin de proteger los intereses de Kabila y su mentor ruandés, Paul Kagame: la seguridad de las personas y de sus bienes no entra en los puntos de su misión. Según las mismas fuentes, hacia la una de la mañana, un grupo de una treintena de combatientes de las FDDC (Fuerzas del Derecho por la Defensa del Ciudadano) podrían haber atravesado las líneas de defensa de las FARDC-Ruanda neutralizando algunos guardias que estaban en sus puestos y dormidos delante del puesto de las municiones del campo Ozacaf. En menos de 45 minutos una buena cantidad de armas y municiones desapareció con este comando y embarcado en un camión preparado para ello. Esta operación fue posible gracias a la implicación de algunos compatriotas de las FARDC en el corazón del campo Ozacaf y que están hartos de ver a estos ruandeses sin consideración hacia los congoleses dirigiendo el ejército sumiso a la dictadura ruandesa.

El 4 de mayo la milicia de los Maï-Maï Simba atacó una posición de las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC) en el territorio de Mambassa, en la provincia Oriental (noreste de la RDC), provocando 27 muertos, de los cuales 26 civiles y un capitán de las FARDC, además de una sesentena de heridos. Los Maï-Maï Simba están presentes en la parte suroeste del Parque Nacional Maiko. Su campo de acción incluye el territorio de Lubutu en la provincia de Maniema donde se sitúa su cuartel general. La composición étnica de los Maï-Maï Simba es principalmente de kumus. El general Jean-Claude Kifua, comandante de la 9ª capitanía militar de las FARDC, afirmó que “Los Simba son oriundos. Durante el día van de civiles”, añadiendo que son cazadores furtivos y explotadores ilegales de materias primas.

El 9 de mayo, una coalición FDLR-Maï-Maï asaltó dos posiciones de las FARDC en Kilambo y en Butalongola, a 5 y a 7 Km respectivamente al sur de la ciudad de Kanyabayonga, comandancia de Bwito, en territorio Rutshuru (Kivu del norte).

Tres nuevas alianzas se han acordado en estas dos últimas semanas entre diferentes grupos armados en los territorios de Walikale, Lubero y Masisi. Una alianza se pactó entre el grupo Maï-Maï Lafontaine y un grupo de desertores de las FARDC encabezado por el coronel Kahasha e el territorio de Lubero según informa la sociedad civil.

Esta coalición llamada “Unión de Patriotas Congoleses por la Paz” (UPCP) ocupa desde hace cuatro días casi la totalidad del sureste de Lubero. Esta alianza mantiene en vilo a las poblaciones en el eje Kanyabayonga-Kirumba-Kaseghe.

Otro acuerdo liga los Maï-Maï Janvier con algunos rebeldes de las Fuerzas Democráticas por la Liberación de Ruanda (FDLR) que ocupan una gran parte del noroeste del territorio Masisi.

Los milicianos Maï-Maï dirigidos por Cheka han pactado también con las Fuerzas de Defensa Congolesas (FDC) con el fin de ocupar varias agrupaciones al oeste del territorio Walikale.

El presidente de la sociedad civil del norte de Kivu, Thomas d’Aquin Mwiti Mustafa, atribuye esta situación al hecho de que el proceso de integración de los ex-integrantes de grupos armados en el ejército nacional se ha llevado mal. El 7 de mayo declaró que “esta situación podría fácilmente tener una solución si las FARDC se convirtiese en un ejército realmente republicano”.

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La iniciativa PerMondo, la agencia de traducción Mondo Agit y el traductor Carlos Olivera Álvarez han hecho posible esta traducción del francés al español. PerMondo ofrece traducciones gratuitas de documentos y páginas web para organizaciones sin ánimo de lucro.

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