Congo Actualidad n. 139

SUMARIO

EDITORIAL

1. PARA SALIR DE LA CRISIS POST ELECTORAL

2. PUBLICACIÓN DE LOS RESULTADOS PROVISIONALES DE LAS LEGISLATIVAS

3. LAS ESTRATEGIAS DE ETIENNE TSHISEKEDI Y DEL UDPS

4. LA VERDAD DE LAS URNAS NO SE HA REVELADO AÚN

EDITORIAL: LA «VERDAD DE LAS URNAS», DE NUEVO UNA PRIORIDAD

La Comisión Electoral Independiente (CEI) ha publicado los resultados provisionales de las elecciones legislativas del 28 de noviembre. Aunque la Corte Suprema no haya ratificado aún los resultados, se está empezando a concretar la configuración de la próxima Asamblea Nacional de Diputados. Basándose en este contexto se especula sobre quién será el futuro primer ministro, quién formará el nuevo gobierno y quién será el próximo presidente de la Cámara de Diputados. Todo parece desarrollarse como si se tratara de unas elecciones normales y legítimas, sin tener en cuenta los numerosos errores que se han cometido, las graves irregularidades y fraudes electorales constatados a lo largo de las elecciones, ya fueran legislativas o presidenciales, organizadas de forma simultánea el mismo día y en las mismas circunstancias.

Si seguimos así, las nuevas instituciones, es decir la presidencia y el Parlamento, no podrán gobernar ya que no gozarán del consenso del pueblo que continuará reclamando la “verdad de las urnas”. De hecho, esta reivindicación popular será el escollo que tendrá que superar el Presidente de la República, designado y proclamado como tal por la CEI y la Corte Suprema, ya que le tacharán de falta de transparencia y de credibilidad. El pueblo congoleño es plenamente consciente de que el presidente carece de legitimidad puesto que los resultados publicados no corresponden a los que se han expresado en las urnas. Ocurre lo mismo con los diputados electos en circunstancias parecidas. El CEI y la Corte Suprema tienen el deber de restablecer la verdad de los resultados de las elecciones. En caso contrario, serán sospechosos de alta traición.

La crisis de legitimidad, presente en la mayoría presidencial, también puede afectar a la oposición. De hecho, ¿en qué se basa para aceptar la victoria electoral de su candidato? ¿En la extraordinaria acogida popular que tuvo cuando volvió del extranjero? ¿En la constatación unánime de las numerosas irregularidades y de fraude electoral? ¿En las primeras previsiones después del escrutinio de los votos? ¿En las previsiones obtenidas a partir de resultados parciales de una parte de los colegios electorales? En realidad sin tener una tabla completa de los “verdaderos resultados” provenientes de todas las sedes, es muy difícil saber quién ha ganado y quién ha perdido las elecciones presidenciales. Es posible que solamente se pueda comprobar este resultado con un recuento de los votos, si es posible. Se podría proceder, por ejemplo, a la verificación de, al menos, los resultados puestos en entre dicho, confrontando los resultados indicados en los procesos verbales que se han recuperado mediante testigos de todos los partidos y mediante los observadores electorales con aquéllos publicados por el CEI. El objetivo de esta operación debería ser el de acercarse lo más posible a la verdad de las urnas y sacar las conclusiones pertinentes, teniendo en cuenta la voluntad del pueblo, sea cual sea.

La respuesta que encontremos a la cuestión de la legitimidad determinará la credibilidad de la CEI y de la Corte Suprema, del buen funcionamiento de las instituciones del Estado (Presidencia y Parlamento) y del buen desarrollo del proceso electoral, en sus sucesivas fases correspondientes a las elecciones senatoriales, provinciales y locales. La alternativa que se propone tiende a anular las elecciones legislativas sin derogar la presidencial que se organizó el mismo día y durante la cual se constataron las mismas irregularidades. Además, la perspectiva de un gobierno sin parlamento que gobierne mediante ordenanzas y decretos ley hasta que se celebren unas nuevas elecciones legislativas francamente no parecen ser medidas muy democráticas que digamos. Sin embargo, sería mucho mejor utilizar un diálogo inclusivo contando con la participación de los diferentes partidos políticos, de la sociedad civil y de la CEI e intentar encontrar así la mejor solución para que salga a la luz la verdad de las urnas. El pueblo congoleño lo merece y está en todo su derecho.

 

1. PARA SALIR DE LA CRISIS POST ELECTORAL

El 20 de enero, en un comunicado de prensa, el Secretario General de la Francofonía, Abdou Diouf, recomienda sosiego y respeto por los principios democráticos en el desarrollo del proceso electoral. Añade que la Organización Internacional de la Francofonía (OIF) se ofrece como ayudante y precisa que no se pondrá a favor de ninguna de las partes concernientes al proceso electoral. Para el Secretario General de la Francofonía las instituciones pertinentes tendrán que establecer las disposiciones necesarias para que el proceso electoral siga adelante, manteniéndose en los principios de rigor, transparencia e igualdad. Según Adbou Diouf, lo que más preocupa al país es evitar el recurso a la violencia y a la provocación. Particularmente recomienda analizar los resultados de las elecciones legislativas de forma más responsable e imparcial.

En caso de polémica, el Secretario General de la OIF aconseja recurrir únicamente a la vía legal. También propone que la Corte Suprema exprese el derecho durante el contencioso electoral .

El 23 de enero, en respuesta a la declaración del Secretario General de la OIF, el Secretario Ejecutivo Adjunto encargado de asuntos políticos del Movimiento por la Liberación del Congo (MLC), el diputado Jean Lucien Bussa, sostuvo la idea de un diálogo inclusivo para disminuir la tensión. Jean Lucien Bussa espera que este diálogo desemboque en “un recuento de los votos de las elecciones presidenciales”.

Para este diputado de la oposición “la política no es más que un diálogo permanente. Ahora que el proceso se ha torcido debido al engaño a gran escala hay que pensar en un enfoque técnico con el recuento de todas las papeletas”. El partido de Jean-Pierre Bemba se considera opuesto a un diálogo “para compartir puestos, sin tener en cuenta las irregularidades registradas durante las elecciones del pasado 28 de noviembre” .

El 25 de enero después de una estancia infructuosa en RDC del 5 al 13 de enero de 2012, los expertos electorales del NDI (Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales) y del IFES (Fundación Internacional para Sistemas Electorales) afirmaron en una declaración que había que hacer una evaluación general del proceso electoral. Esta es la recomendación que hacen para los oficiales congoleses, en particular a aquellos que se ocupan de la organización y la gestión de las elecciones. Para ello, la declaración subraya que “la misión conjunta concluye que se necesita una participación significativa de todas las personas implicadas y el acceso a todo el material electoral pertinente (servidor central, fichero electoral, cartografía de los colegios electorales, etc.)”. El IFES y el NDI confirman que están dispuestos a apoyar esta evaluación en caso de que se les pida colaboración .

El 26 de enero el Secretario General Adjunto de Naciones Unidas de Operaciones de Mantenimiento de la Paz, Hervé Ladsous, se reunió con miembros de la oposición congoleña en el Cuartel General de la MONUSCO en Kinshasa. Estuvieron hablando sobre la situación de los derechos humanos en la RDC y sobre el proceso electoral. La oposición congoleña transmitió al diplomático de la ONU su preocupación por las elecciones presidenciales y legislativas del 28 de noviembre.

Al término de dicha reunión y mientras se trataba el tema de las elecciones presidenciales, Vital Kamerhe, presidente de la Unión por la Nación Congoleña (UNC) y excandidato a las elecciones presidenciales, pidió el recuento de los votos para “restablecer la verdad de las urnas”.

El presidente de la UNC dijo “por un lado, el presidente Etienne Tshisekedi, legítimo porque fue elegido por el pueblo y por otro lado, el presidente Joseph Kabila, proclamado como tal por el CEI y ratificado por la Corte Suprema. Para restablecer la verdad de las urnas y la justicia para todo el mundo hay que hacer un recuento de los votos de las elecciones presidenciales pero aquí no se está teniendo en cuenta a todas las provincias. Podríamos elegir alguna provincia a modo de prueba como Katanga, Kinshasa, Kivu, Kwilu y la Provincia Oriental” .

El 27 de enero el senador belga Philippe Moureaux (PS) sugirió un recuento de los votos expresados en las elecciones presidenciales y legislativas.

“Como ya ocurrió durante el escrutinio presidencial, ya se han puesto en tela de juicio los resultados del escrutinio legislativo parcialmente publicados. De hecho, el poder está dudando si publicarlos o no”, afirmó en un comunicado el Sr. Moureaux, que también es ministro de Estado.

“Cuando la denuncia de una irregularidad en las elecciones proviene de medios tan diversos habría que preguntarse si el proceso en su conjunto puede considerarse fiable y creíble”, dijo el exministro.

“Frente a dicha sospecha, la Comunidad Internacional no puede contentarse con observar. Dotada de una gran sabiduría, debe sacar las conclusiones pertinentes para actuar en consecuencia: hay que exigir un recuento de los votos para que la verdad de las urnas salga a la luz. Si esto no fuera posible, se impondría el establecimiento de unas nuevas elecciones controladas de la A a la Z por una institución neutra” .

El 28 de enero, siguiendo las recomendaciones que dieron la OIF y el Secretario General Adjunto de la ONU de Operaciones de Mantenimiento de la Paz, la plataforma AETA (Agir pour des élections transparentes et apaisées ) preconiza mantener el diálogo inclusivo para poner fin a la crisis post electoral en la RDC.

Las ONG miembros de AETA se han dado cuenta de que el proceso electoral actual está “totalmente desacreditado debido a los intentos de engaño y a los actos de corrupción que provocan desconfianza y dudas sobre la credibilidad de los resultados publicados y sobre la transparencia del proceso electoral. En consecuencia, la RDC es presa fácil de una crisis política aguda, debida principalmente a dicha falta de credibilidad en los resultados publicados”. Es por ello que las ONG miembros de la AETA apelan al sentido de la responsabilidad de los agentes políticos congoleños, de la CEI y de la comunidad, tanto nacional como internacional, para hacerles entender la necesidad de emprender acciones urgentes con vistas a encontrar una solución sostenible para esta crisis.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, las ONG de la sociedad civil, miembros de la AETA, recomiendan al Consejo de Seguridad de la ONU, al Consejo de Paz y Seguridad de la UA y a la OIF facilitar el inicio de un proceso cuyo objetivo sea el triunfo de la verdad de las urnas. Les piden nombrar rápidamente expertos internacionales independientes que actúen como mediadores de la crisis de legitimidad, tan presente en el país. Les piden igualmente que utilicen su autoridad para obligar a los dirigentes actuales de la RDC a abrirse al eventual cambio y alternancia política.

En cuanto a la Corte Suprema, se le recomienda examinar en profundidad los dosieres que reglamentan el contencioso electoral así como la anulación de los resultados electorales allí donde se hayan constatado y comprobado fraudes e irregularidades. Se le pide igualmente que aplique la ley en su forma más estricta e imparcial a todos los autores y cómplices de numerosos fraudes electorales, independientemente del rango que ocupen.

Las ONG miembros de la AETA piden al pueblo congoleño que den cuenta del sentido cívico que poseen y que demostraron ya a lo largo del escrutinio, que recuerden sus responsabilidades ciudadanas y patrióticas para la consolidación de su democracia que tan cara les salió. Todo ello deberían demostrarlo manteniéndose dispuestos a cualquier movilización cuyo objetivo sea el restablecimiento de la verdad de las urnas y la vuelta a la confianza en el proceso electoral. Deberán abstenerse los actos violentos y tendrán que implicarse en las acciones de presión que tengan que ver con los agentes políticos para mantener el diálogo .

El 30 de enero, en Kishasa, al final de un intercambio de puntos de vista con el viceministro congoleño de Asuntos Exteriores, Ignace Gata Mavita, el coordinador de la Unión Europea (UE) en la región de los Grandes Lagos, el Sr. Koen Vervaeke, afirmó que la UE sigue atentamente el proceso electoral en curso. “Hemos tomado nota de los resultados y animamos al CEI y a todas las instituciones que intervienen en este ámbito que jueguen limpio y que aseguren la credibilidad del proceso”, declaró el Sr. Vervaeke. Así mismo, el coordinador de la UE en la región de los Grandes Lagos anima a todos aquellos candidatos que rechacen el resultado de las legislativas que exijan a la Corte Suprema que sea imparcial y transparente. Recomienda a los agentes políticos congoleños que se olviden de las lecciones del disfuncionamiento del proceso, con el objetivo de hacerlo mejor en las próximas provinciales y locales. En cuanto a las cuestiones de seguridad, afirmó que hubo alegaciones sobre violaciones de los derechos humanos durante el periodo electoral en el conjunto del territorio nacional. Concluyó que “las autoridades tendrían que investigar y la justicia tendría que hacer su trabajo de la forma más transparente posible”.

El 30 de enero, con motivo de la decimoctava cumbre de la Unión Africana (Union Africaine (UA)) en Adis Abeba, una delegación de miembros de la oposición introdujo ante el gabinete de la presidencia de la cumbre y ante el Consejo de Seguridad y de Paz de la Unión Africana (Conseil de Sécurité et de Paix de l’Union Africaine) un plan de salida de la crisis post-electoral, con vistas a un recuento de votos. El plan fue también entregado, en privado, a una quincena de jefes de Estado africanos. El plan de salida de la crisis, firmado por varios partidos de la oposición entre los que se encuentran Unión por la Democracia y el Progreso Social (Union pour la Démocratie et le Progrès Social (UDPS)) de Étienne Tshisekedi y Unión por la Nación Congoleña (Union pour la Nation Congolaise (UNC)) de Vital Kamhere, pide a la Unión Africana (Union Africaine (UA)) que designe a un mediador para establecer un diálogo entre todas las partes congoleñas con el fin de llegar a un consenso que permita salir de la situación post-electoral.

La oposición congoleña sugiere igualmente una comparación de los resultados de la Comisión Electoral Nacional Independiente (Commission Électorale Nationale Indépendante (CENI)) con los de los candidatos y los de los observadores internacionales.

«Se deben organizar unas nuevas elecciones presidenciales en los casos en los que la operación de recuento de los votos se muestre difícil», propone el plan de salida de la crisis, que pide que se lleven a cabo elecciones legislativas sólo en las circunscripciones electorales en las que se han producido contestaciones.

Para la oposición congoleña, la salida de la crisis pasa por la designación consensuada de una nueva personalidad al mando de la Comisión Electoral Nacional Independiente (Commission Électorale Nationale Indépendante (CENI)) cuya composición deberá ser revisada. «La mayoría de las fuerzas políticas del cambio y de la sociedad civil designarán cada una a dos personas para que las represente en el gabinete de la Comisión Electoral Nacional Independiente (Commission Électorale Nationale Indépendante (CENI)), cuyas funciones administrativas y financieras serán confiadas a la MONUSCO (Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (Mission des Nations Unies pour la Stabilisation en République Démocratique du Congo))», añade el documento. Propone además que se proceda a la limpieza del fichero electoral y a la publicación de las listas electorales conforme a la ley y que se requiera la participación de expertos africanos e internacionales en todas las fases del proceso.

El 2 de febrero, en un comunicado, la Red europea para África Central (Réseau européen pour l’Afrique Centrale (EurAc)) expresó su preocupación con respecto al desarrollo del proceso electoral. La crisis política, consecuencia de las elecciones, pone en peligro la estabilidad institucional del país, puede llevar a la violencia y da motivos a aquellos que buscan crear confusión. Es consecuencia de las elecciones congoleñas un presidente débil que sufre una grave crisis de legitimidad y que, dada la situación actual, siquiera es capaz de hacer frente a los importantes desafíos a los que hace frente la República Democrática del Congo tanto en materia de mantenimiento del orden y de la seguridad como en materia de desarrollo.

Teniendo en cuenta la situación actual, la Unión Europea y los Estados miembros deberían adoptar una posición sólida y coherente para:

 Contribuir a reforzar el diálogo entre los actores políticos congoleños al mismo tiempo que se favorece la implicación de la sociedad civil y que se anima a estos últimos a encontrar una solución concertada y realista a esta crisis.

 Hacer una evaluación seria, con el fin de que el proceso electoral, que aún no ha sido cerrado, se encamine de manera que se evalúen y se saquen conclusiones del proceso tal como se ha dirigido hasta ahora. Se revela fundamental asegurar que la República Democrática del Congo vuelva a poner en pie a una Comisión Electoral Nacional Independiente (Commission Électorale Nationale Indépendante (CENI)) creíble y legítima y que adopte una ley electoral que pueda asegurar el respecto de los fundamentos democráticos y la participación activa de todos los actores políticos y sociales durante el desarrollo de las elecciones provinciales y locales.

 Hacer una evaluación seria con el fin de que el ciclo electoral llegue a término con el desarrollo de las elecciones provinciales y locales y con el fin de que se inicie un proceso de descentralización efectivo, única garantía de participación efectiva de los ciudadanos en la vida política del país y de mejora de la gobernanza democrática.

 Comprometerse a apoyar la educación cívica, única manera de conseguir que la población se adapte al proceso de democratización y única manera de protegerla de las manipulaciones que dieron lugar a movimientos violentos en ocasiones precedentes. Este objetivo es tan importante como el riesgo que se corre de que una clase político-militar se apropie del proceso en detrimento de la democracia y de la justicia, por los que la sociedad civil congoleña lucha desde hace tiempo.

 Tomar una posición sólida, coherente y concertada entre todos los Estados miembros sobre el proceso electoral y los resultados del escrutinio presidencial y aprovechar la programación del Fondo Europeo de Desarrollo (FED), prevista para el 2012, para definir una estrategia política común, en proporción a la importancia de la República Democrática del Congo en la región.

 

2. LA PUBLICACIÓN DE LOS RESULTADOS PROVISIONALES DE LAS ELECCIONES LEGISLATIVAS

El 26 de enero, en plena noche, la Comisión Electoral Nacional Independiente (Commission Électorale Nationale Indépendante (CENI)) anunció los resultados provisionales parciales de las elecciones legislativas. 432 diputados de los 500 escaños existentes fueron votados (un 87 %); los otros aún deberían esperar, ya que la compilación de los resultados aún no había terminado.

El Partido del Pueblo para la Reconstrucción y la Democracia (Parti du Peuple pour la Reconstruction et la Démocratie (PPRD)), del presidente Kabila, obtuvo 58 escaños de 432. El PPRD había obtenido 111 escaños durante las anteriores elecciones legislativas del 2006. En segunda posición quedó el partido del opositor Étienne Tshisekedi, Unión por la Democracia y el Progreso Social (Union pour la Démocratie et le Progrès Social (UDPS)), con 34 escaños. El UDPS había boicoteado las elecciones de 2006. El Movimiento de Liberación del Congo (Mouvement de libération du Congo (MLC)) consigue 20 escaños. El MLC era el principal partido de la oposición en la asamblea de 2006, con 64 escaños. Entre los 432 diputados, se cuentan 44 mujeres. Todavía quedan escaños por asignar.

La Comisión Electoral Nacional Independiente (Commission Électorale Nationale Indépendante (CENI)) anunció la publicación de los resultados restantes durante los días consecutivos, probablemente el 30 de enero. Se trata particularmente de los resultados de las tres circunscripciones de Kinsasa, así como los de Popokabaka (Bandundu), Kongolo (Katanga), Rutshuru (Kivu del Norte), Mbuji-Mayi (Kasai Oriental). La Comisión Electoral Nacional Independiente (Commission Électorale Nationale Indépendante (CENI)) tiene previsto, además, reorganizar las elecciones en seis circunscripciones electorales afectadas por la violencia. Se trata de: Kiri en Bandundu, Ikela en Equateur, Punia en Maniema, Masisi en Kivu del Norte, Kole y Lomela en Kasai Oriental, Demba en Kasai Occidental.

El presidente de la Comisión Electoral Nacional Independiente (Commission Électorale Nationale Indépendante (CENI)) propuso recurrir al Tribunal Supremo de Justicia (Cour Suprême de Justice (CSJ)) para resolver estos casos de irregularidades.

La Comisión Electoral Nacional Independiente (Commission Électorale Nationale Indépendante (CENI)) anunció haber pedido al Tribunal Supremo de Justicia (Cour Suprême de Justice (CSJ)), que proclamara los resultados definitivos en dos meses tras el examen de los posibles recursos, la anulación de los escrutinios en 7 de las 169 circunscripciones debido a los actos violentos o incidentes producidos durante las votaciones, así como el inicio de diligencias judiciales contra una quincena de candidatos acusados de actos violentos.

La antigua Alianza para la Mayoría Presidencial (PPRD, Palu, MSR, ARC, Cofedec, Unadef, Unadec y CCU) ya cuenta con 128 diputados. Los nuevos partidos signatarios de la carta de la Mayoría Presidencial (Majorité Présidentielle (MP)) cuentan con 74 escaños, aumentando a 202 el número de diputados de esta plataforma. A este número se le deben añadir los diputados de aquellos partidos que sólo han conseguido entre uno y cuatro escaños. Teniendo en cuenta esta configuración, la antigua mayoría corre el riesgo de ser aplastada ya que la suma de los diputados de los grandes partidos de la oposición (UDPS, MLC, UNC, RCD-KML, UFC) apenas llega a los 80 miembros.

El 1 de febrero, la Comisión Electoral Nacional Independiente (Commission Électorale Nationale Indépendante (CENI)) publicó muy avanzada la tarde, los últimos resultados provisionales de las elecciones legislativas. Se trata de los resultados de los colegios electorales de Mbuji-Mayi (Kasai Oriental), Kongolo (Katanga), Popokabaka (Bandundu), Rutshuru (Kivu del Norte) así como los de Tshangu, Lukunga y Mont-Amba (Kinsasa).

Según los resultados provisionales de la Comisión Electoral Nacional Independiente (Commission Électorale Nationale Indépendante (CENI)), el grupo presidencial obtiene alrededor de 260 escaños de los 500 de la Asamblea Nacional y la oposición alrededor de 110. La Comisión Electoral Nacional Independiente (Commission Électorale Nationale Indépendante (CENI)) no dio las tasas de participación. Faltan los resultados de siete circunscripciones (o sea, 17 escaños), para los que la Comisión Electoral Nacional Independiente (Commission Électorale Nationale Indépendante (CENI)) ha pedido la anulación debido principalmente a los actos violentos llevados a cabo durante las votaciones.

El Partido del Pueblo para la Reconstrucción y la Democracia (Parti du Peuple pour la Reconstruction et la Démocratie (PPRD)), del presidente Kabila, se encuentra en cabeza con 63 escaños. El PPRD pierde alrededor de un 40 % de votos obtenidos durante el 2006. En segunda posición llega el partido del opositor Étienne Tshisekedi, Unión por la Democracia y el Progreso Social (Union pour la Démocratie et le Progrès Social (UDPS)), con 41 escaños. El UDPS había boicoteado las elecciones del 2006 y se convierte en la fuerza principal de la oposición.

De los partidos miembros de la Mayoría Presidencial, una decena ha conseguido entre 10 y 30 escaños, estando en cabeza el Partido del Pueblo para la Paz y la Democracia (Parti du Peuple pour la Reconstruction et la Démocratie (PPPD)), con 30 escaños y el Movimiento Social para el Resurgimiento (Mouvement Social pour le Renouveau (MSR)), con 28 escaños. Otra decena de partidos han conseguido alrededor de 5 escaños.

Del lado de la oposición, sólo destacan dos partidos detrás del UDPS: el Movimiento de la Liberación del Congo (Mouvement de Libération du Congo (MLC)), con 22 escaños de Jean-Pierre Bemba, y Unión por la Nación Congoleña (Union pour la Nation Ccongolaise (UNC)), con 17 escaños, creado en 2010 por Vital Kamerhe. Un centenar de partidos tendrán representación en la asamblea, la mayoría de ellos con sólo uno o dos escaños.

El presidente de la Comisión Electoral Nacional Independiente (Commission Électorale Nationale Indépendante (CENI)), Daniel Ngoy Mulunda, lanzó varios avisos con respecto a los testigos que, según él, dieron falsos resultados a sus candidatos. «Los testigos dieron falsos informes a los candidatos, desorientándolos. Algunos testigos incluso crearon sus propias hojas de resultados», explicó.

A raíz de las críticas, la Comisión Electoral Nacional Independiente (Commission Électorale Nationale Indépendante (CENI)) indicó que una evaluación del proceso electoral se llevaría a cabo para finales de febrero, antes de anunciar un nuevo calendario para el siguiente ciclo de elecciones (provinciales, senatoriales, locales).

 

3. LAS ESTRATEGIAS DE ÉTIENNE TSHISEKEDI Y DEL UDPS

El 20 de enero, Étienne Tshisekedi, autoproclamado presidente elegido de la república, dio una conferencia de prensa en su domicilio de Limete-Kinsasa, al que varios periodistas no pudieron acceder ya que la policía había cerrado el acceso a dicho barrio. Unos 150 partidarios del UDPS tampoco pudieron acercarse a la residencia. Para Serge Mayamba, secretario nacional de Unión por la Democracia y el Progreso Social (Union pour la Démocratie et le Progrès Social (UDPS)), «este clima confirma lo que hemos estado denunciando: la puesta bajo vigilancia domiciliaria del presidente Tshisekedi».

Los puntos fuertes de la declaración fueron colgados en las páginas web de la oposición política congoleña.

Tshisekedi anunció:

 Que había «entrado oficialmente en funciones como jefe de Estado elegido por el pueblo».

 Que consideraba las elecciones legislativas «nulas».

 Que formaba gobierno «la semana siguiente», basándose en la necesidad y la urgencia.

 Que gobernará mediante disposiciones y decretos-ley, hasta la puesta en marcha de las instituciones elegidas sobre la base de un auténtico censo de la población y la organización de elecciones a todos los niveles.

 Que tenía previsto «un censo general de la población cuya realización ha sido puesta en manos de una sociedad suiza, antes de las elecciones locales y de unas nuevas elecciones legislativas nacionales».

Tshisekedi rechaza, por otro lado, «toda posible mesa redonda o cualquier otra solución de compromiso», como lo habían propuesto los otros tres candidatos de la oposición derrotados en las elecciones presidenciales, entre los cuales figuraba el presidente del Senado Léon Kengo.

Después de haber indicado que le hacía falta apoyo por parte de la fuerza pública, le pidió a ésta lealtad, ya que «el ejército y la policía son partidarios del cambio».

Decidió, finalmente, dirigirse al Palacio de la Nación, «símbolo y residencia del poder».

El 26 de enero, la policía impidió a Étienne Tshisekedi ir al Palacio Presidencial. La policía lo detuvo a las afueras de su residencia y dispersó con ayuda de gases lacrimógenos a pequeños grupos de partidarios, poco numerosos, que habrían ido a acompañarlo. Durante los días anteriores, el partido de Tshisekedi, el UDPS, había llamado a los congoleños a movilizarse en masa para acompañar a su líder a su puesto de trabajo en el Palacio de la Nación.

El 27 de enero, para doblegar a la fuerza en el poder, Étienne Tshisekedi lanzó un llamamiento a la huelga general en el conjunto del territorio nacional a partir del 30 de enero hasta «nueva orden». Tshisekedi también ordenó a los diputados del UDPS nombrados por la Comisión Electoral Nacional Independiente (Commission Électorale Nationale Indépendante (CENI)) que no ocuparan sus puestos en la futura Asamblea Nacional. El líder del UDPS volvió a pedir tanto a los militares como a los civiles que detuvieran al presidente Kabila estuviera donde estuviera y de entregárselo atado y vivo, con el fin de que pudiera ser juzgado por los crímenes cometidos en tierra congoleña. También instó a considerar como «procedente de un país enemigo al pueblo congoleño» a todo diplomático que «viniera a presentar sus buenos deseos para año nuevo» al presidente Kabila.

El 30 de enero, el llamamiento a la huelga general lanzado por el líder de la oposición Étienne Tshisekedi fue cumplido en las principales ciudades del país, con diferentes resultados.

Kinsasa no se hizo eco del llamamiento ya que los comercios, los colegios y los ministerios estaban abiertos. El tráfico era tan denso como de costumbre. «Si entramos en huelga, ¿qué vamos a comer? Los congoleños comen según el día a día, ir a la huelga significa la muerte», explicó Marie, una vendedora de cebollas de un barrio de la capital. En cuanto a Robert, un funcionario, al igual que otros kineses que no habían oído hablar de la huelga, se enteró al llagar al trabajo al darse cuenta de que «algunas oficinas estaban cerradas». Se produce la misma situación en Mbandaka en el noroeste y en la ciudad portuaria de Matadi, en el oeste.

Por otro lado, las principales ciudades de ambas provincias de Kasai, en el centro del país, se paralizaron. En Mbuji-Mayi, en Kasai Oriental, los mercados, las tiendas, los comercios y las escuelas estaban cerrados. Numerosas personas se quedaron en casa, incluso si la policía animó a la población a cumplir con sus obligaciones cotidianas. En Kananga, capital de la vecina Kasai Occidental, varios colegios y establecimientos públicos se quedaron cerrados, pero por la tarde, los comerciantes comenzaron a salir e intentaron vender un poco para satisfacer las necesidades familiares, indicó la Sociedad Civil del Congo (Société Civile du Congo (SoCiCo)). En Mbuji-Mayi el opositor obtuvo más del 97% de los votos, y en Kananga casi un 96%, según los resultados de la Comisión Electoral Nacional Independiente (Commission Électorale Nationale Indépendante (CENI)).

En lo que a las elecciones presidenciales se refiere, el UDPS, así como varios partidos de la oposición, continúan contestando los resultados compilados por la Comisión Electoral Nacional Independiente (Commission Électorale Nationale Indépendante (CENI)). El UDPS y sus aliados siguen creyendo que la voluntad del pueblo congoleño, tal como ha sido expresada en las urnas y en las actas de los escrutinios, no ha sido respetada. A causa de esto, el UDPS ha lanzado la operación ciudades muertas sobre el conjunto del país, unas manifestaciones destinadas a exigir el respeto de la verdad de las urnas y a obtener el reconocimiento por parte de la CENI (Comisión Electoral Nacional Independiente (Commission Électorale Nationale Indépendante)) de la victoria de Étienne Tshisekedi en las elecciones presidenciales del 28 de noviembre de 2011. Según el estado mayor político de Étienne Tshisekedi, la operación ciudades muertas debería comenzar el viernes 3 de febrero hasta que el pueblo congoleño consiga la entrada en funciones de aquel que plebiscitó en las urnas.

El comienzo de la operación ciudades muertas anunciado por el UDPS para el viernes 3 febrero de 2012 fue pospuesto. Las razones expuestas para justificar este cambio de fecha se encuentran en la necesidad, para el UDPS y sus socios políticos y sociales, de pensar más en las estrategias más eficaces para conseguir su objetivo común, es decir, el rechazo tajante al fraude electoral.

Une primera evaluación.

En aplicación a la consigna de Tshisekedi, ¿los diputados elegidos de la oposición seguirán a su principal líder en su lógica de querer anular las elecciones legislativas? ¿Renunciarán a los escaños conseguidos? ¿Los diputados de la oposición, en su mayoría tshisekedistas, serán consecuentes con ellos mismos al considerar los escaños obtenidos como bienes mal adquiridos en unas elecciones legislativas «empañadas por graves irregularidades que ponen en duda la credibilidad los resultados publicados»? La crisis política nacional podría tener sus primeras consecuencias negativas en el propio seno de la oposición pro-Tshisekedi.

El 23 de diciembre de 2011, con motivo de la ceremonia de investidura de Étienne Tshisekedi como presidente de la República, la oposición consideró la residencia de Limete como la nueva sede del jefe del Estado congoleño. Casi un mes después, la oposición admitió las cosas tal como son: la sede de la institución del Presidente de la República nunca ha estado en Limete, sino en Gombe, en el Palacio de la Nación.

Prestando juramento no ante el Tribunal Supremo de Justicia (Cour Suprême de Justice (CSJ)) sino ante sus partidarios y aliados, Étienne Tshisekedi se comprometió solemnemente a respetar la Constitución y las leyes del país. Y es así que, de manera unilateral, anuló a voluntad las elecciones legislativas, respetando las elecciones presidenciales, a pesar de haber sido ambas organizadas en el mismo contexto temporal y espacial y con las mismas irregularidades. También advirtió a la opinión pública de que formaría gobierno. Después de la anulación de las elecciones legislativas, por parte del presidente nacional del UDPS, la ausencia de una Asamblea Nacional no supuso un obstáculo para formar su gobierno. Para salvar lo que parece ser un vacío legal, Étienne Tshisekedi afirmó que gobernaría mediante disposiciones y decretos-ley. Todo esto, a la espera de la organización de nuevas elecciones creíbles, transparentes y democráticas, de las cuales saldría una nueva Asamblea Nacional.

En otras palabras, disuelve el Parlamento y se hace con las prerrogativas del gobierno.

Sin Parlamento, él también corre el riesgo de gobernar a golpe de desafío, de prolongar un régimen dictatorial y de retrasar el proceso de democratización del país.

El eventual boicot del hemiciclo por parte del UDPS vuelve a sacar la cuestión de la política del escaño vacío que por norma general ha perjudicado tanto al pueblo como a la oposición. Esto equivaldría a suprimir el único resultado realmente democrático y satisfactorio que haya salido de este escrutinio engañoso: incluir al UDPS en el paisaje político institucional, en calidad de mayor partido de la oposición en vez de verse limitado a un papel marginal de oposición extraparlamentaria.

Al instar a sus diputados a que no ocupen sus escaños en el Parlamento, Tshisekedi se ha arriesgado a que algunos de sus diputados desaprueben su decisión y vayan a ocupar su puesto a la Cámara Baja del Parlamento. En poco tiempo, el UDPS corre el riesgo de entrar en una zona de turbulencias que lo desestabilizarían una vez más, haciéndole perder una parte de sus ejecutivos. De todos modos, esta posición de Tshisekedi hace sentir a disgusto a algunos diputados del UDPS que estiman que, en política, no se gana todo y aún menos en el momento, sino que se debe ir progresivamente. Esta nueva postura de Tshisekedi aleja aún más a la República Democrática del Congo de una salida de la crisis pactada tal como lo sugiere la comunidad internacional.

 

4. LA VERDAD DE LAS URNAS: AÚN POR DESVELAR

El resultado de las elecciones congoleñas es casi lo peor que podríamos llegar a imaginar: unos resultados reales desconocidos, unos resultados oficiales que nadie cree, un Tribunal Supremo de Justicia (Cour Suprême de Justice (CSJ)) que no se atreve a anular unos resultados que todo el mundo califica de fraudulentos, dos hombres que pretenden haber sido elegidos a la presidencia, cada uno de ellos con su propia versión de la verdad de las urnas.

Al interpelar al ministro belga de Asuntos Exteriores, el senador Dallemagne resumía así la situación de finales de diciembre de 2001: «En cuanto a las elecciones presidenciales, todos los informes muestran que los fraudes han sido masivos y que se han llevado a cabo durante todas las etapas, incluyendo la de la compilación de los resultados. Todo esto demuestra que en realidad… no se puede llegar a decir quién, si Joseph Kabila o Étienne Tshisekedi, ha ganado las elecciones presidenciales y toda persona que quiera ser honrada debe confesar que no se conocen los resultados del sufragio del pueblo congoleño y por lo tanto, la voluntad de este último. A menos que se disponga de dos datos totalmente diferentes, no se puede, hoy en día, afirmar que los resultados no se han visto modificados por los fraudes detectados durante las elecciones presidenciales».

Como ya sabemos, la elección presidencial fue el objeto de una publicación provisional de los resultados por parte de la Comisión Electoral Nacional Independiente (Commission Électorale Nationale Indépendante (CENI)), y después de una publicación oficial por parte del Tribunal Supremo de Justicia (Cour Suprême de Justice (CSJ)), sobre la cual Kabila prestó juramento. Por su lado, Tshisekedi se proclamó vencedor basándose en sus propias cifras y también prestó juramento. En lo que a las elecciones legislativas se refiere, la publicación y la compilación de los resultados se llevaron a cabo en medio de protestas aún más numerosas que para las elecciones presidenciales.

Este hecho suscita interés ya de por sí. De hecho, parece que se trataran los resultados de ambas elecciones como si fueran diferentes, casi como si hubieran tenido lugar en dos planetas diferentes, mientras que se trata de votos que tuvieron lugar el mismo día, en los mismos colegios, con los mismos electores y con los mismos agentes. Es fatal que la credibilidad de la una repercuta sobre la otra. No se puede tachar a las presidenciales de aceptables y al mismo tiempo a las legislativas de engañosas.

Realmente, no se conoce la verdad de las urnas. La tesis oficial según la cual «los errores no son de naturaleza a poner en duda los resultados» no ha sido demostrada, ni en el informe de la UE, ni el informe de la Fundación Carter, que además se suele citar de manera errónea. Esta tesis sólo ha sido afirmada hasta ahora por el poder congoleño, por los observadores de la Unión Africana (Union Africaine (UA)) y por el ministro belga de Asuntos Exteriores, Didier Reynders (no por el gobierno belga que ha hablado de reconducción de Joseph Kabila Kabange, y no de su reelección).

La tesis UDPS sobre la victoria evidente de Tshisekedi tampoco ha sido confirmada. Todas las demás opiniones (Cenco, MOE-UE, Centro Carter, etc.) se limitan a constatar un caos indescriptible de donde se desprende que los resultados oficiales son altamente sospechosos, pero que se quedan vagos si se hace referencia a las divergencias constatadas entre los resultados publicados y los que resultarían de las actas de los colegios electorales, únicos documentos quizás aún disponibles, los boletines de votos habiendo sido abandonados a merced del viento y de la lluvia, perdidos o destruidos.

Lo que debería ser evidente para todo el mundo es que las críticas han hecho referencia al conjunto del proceso electoral. No se puede, por lo tanto, separar los dos escrutinios y tratarlos de manera diferente. Las elecciones presidenciales están tan puestas en duda como las legislativas. Pero los dos posibles vencedores quieren una separación completa de los escrutinios y mantener los resultados de las presidenciales. Por supuesto, esto no significa lo mismo para Joseph Kabila Kabange y para Étienne Tshisekedi, pero el hecho está ahí: tanto de un lado como de otro, lo que se oye es: cambiad todo lo que queráis siempre que sea presidente. Por lo tanto, todo debería ser anulado.

Aún así, anular unas elecciones es extremadamente difícil. Se obtienen en una ínfima minoría casos de anulación parcial (por ejemplo, en un municipio sobre el conjunto de las municipales). En el caso de las elecciones nacionales, sólo se ha dado un precedente: Ucrania. En 2004, las sospechas de fraude electoral desembocaron en importantes manifestaciones a nivel de calle, la revolución naranja. Debido a la presión, la segunda vuelta de las elecciones presidenciales se volvió a organizar para el 26 de diciembre de 2004. La presión de la calle era sin duda el arma con la que contaba Tshisekedi. Está tardando en manifestarse…

Esto no significa en ningún caso que haya que dejar de exigir la verdad de las urnas.

A falta de una verdad de las urnas para desempatarlos, a falta de la posibilidad de poder organizar unas nuevas elecciones a corto plazo si no se quieren volver a cometer los mismos errores (ya que el censo previo de la población toma su tiempo), hay que contar con que se sugieran fórmulas de conciliación y de reparto de lo más estrafalarias y que se llegue a una concertación que no sería más que una especie de redistribución de cartas en el seno del josephismo, sin importarles demasiado la verdadera opinión de los electores.

El partido de Jean-Pierre Bemba dice estar en contra del diálogo «para repartirse los puestos, sin tener en cuenta las irregularidades detectadas durante las elecciones del 28 de noviembre pasado». Para Jean Lucien Busa, secretario general encargado de los asuntos políticos del Movimiento de Liberación del Congo (Mouvement de libération du Congo (MLC)) de Jean-Pierre Bemba, sólo un diálogo que llevara a un recuento de los votos de las elecciones presidenciales podría resolver la crisis política en la República Democrática del Congo.

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Traducción al español dentro del proyecto Mondo Lingua para la traducción gratuita de páginas web para ONG y asociaciones sin ánimo de lucro. Proyecto dirigido por Mondo Services. Traductor: Mónica Morales Gómez – www.mondo-lingua.org