Congo Actualidad n. 132

SUMARIO

EDITORIAL

1. PROCESO ELECTORAL

a. La actividad de la Comisión Electoral

b. Nuevas irregularidades

c. Casos de intolerancia electoral

d. Bloqueo de las instituciones de la República

e. La sociedad civil se pronuncia

f. Elecciones 2011: un momento determinante

EDITORIAL

Las tergiversaciones de la CENI (Comisión Electoral Nacional Independiente) a la hora de abrir el fichero electoral y el servidor central a la auditoría solicitada por los partidos de la oposición, las diversas irregularidades constatadas durante la preparación de las elecciones (inscripción de menores, personas de nacionalidad dudosa y militares en las listas electorales, la existencia de repeticiones, la creación de colegios electorales ficticios…), la acumulación de retrasos en la publicación de las listas de electores y los colegios electorales, los retrasos observados en la preparación y la distribución del material electoral (cabinas electorales, urnas, papeletas…), la represión de manifestaciones de partidos políticos de la oposición por parte de la PNC (Policía Nacional Congoleña), el amordazamiento de la prensa, los actos de intolerancia política, el recurso a la intimidación, las llamadas a la violencia, la instrumentalización de jóvenes que practican artes marciales para agredir a los adversarios políticos, la implicación de algunos militares en la campaña electoral y las sospechas de fraude electoral, son algunos de los problemas que surgieron en el período preelectoral y durante la propia campaña.

Estos acontecimientos podrían haber contribuido a crear en el seno de la población un clima de tensión, nerviosismo, sospecha e incertidumbre. Si se han cometido abusos y errores, en la víspera del 28 de noviembre, día previsto para la celebración de las elecciones, hay que remediarlos con la colaboración de todos.

En primer lugar, la CENI deberá resolver los numerosos problemas de logística que aún no han sido resueltos y, por encima de todo, asegurar la transparencia de todas las operaciones electorales. De ello depende su credibilidad y, sobre todo, la aceptación de los resultados electorales.

Los partidos políticos también deben asumir sus responsabilidades. De hecho, unas elecciones creíbles no solo incumben a la CENI sino también a los partidos políticos. Para responder a cualquier tentativa de fraude y engaño, corresponde a los partidos políticos disponer de testigos en todos los colegios electorales, para que su presencia contribuya igualmente a la transparencia y a la libre elección. Unas elecciones no se preparan haciendo promesas en vano o regalando camisetas y bebidas, sino disponiendo de testigos para velar por la regularidad de las operaciones electorales.

Será indispensable y valiosa la presencia de observadores electorales independientes que sabrán proporcionar una evaluación imparcial y objetiva de todos lo que sucederá antes, durante y después de las elecciones.

La función de los servicios de seguridad será la de asegurar la protección de las personas y el orden público, dentro del marco de los derechos humanos y sin recurrir a un uso desproporcionado y excesivo de la fuerza.

Estas son las condiciones esenciales que pueden contribuir a la aceptación de los resultados electorales, sean los que sean, por parte de todos. No se pueden cuestionar los resultados electorales basándose simplemente en acusaciones infundadas, con el fin de cubrir las propias carencias y la derrota. Si hay motivos para cuestionar los resultados, debemos estar preparados para aportar pruebas susceptibles de ser demostradas: esto no es solo un derecho sino un deber, para que la democracia pueda prevalecer sobre la dictadura.

 

1. PROCESO ELECTORAL

a. La actividad de la Comisión Electoral

El 10 de noviembre, el vicepresidente de la CENI, Jacques Djoli, afirmó que, para la organización de las elecciones generales en el plazo establecido, la Comisión se proponía finalizar la operación de despliegue de los materiales electorales el 25 de noviembre como muy tarde. Declaró que «A día de hoy, las cabinas electorales han alcanzado, prácticamente, un nivel del 80% (desplegadas NDLR) y hemos alcanzado la misma cifra en lo que concierne a los kits electorales. En cuanto a las urnas, dentro de las 16 rotaciones previstas, ya tenemos 10 y en dos días tendremos las que faltan». El 9 de noviembre, anunció la llegada a Kinshasa de un primer lote de 14 toneladas de papeletas para las presidenciales y un segundo lote el 12 de noviembre provenientes de Sudáfrica.

«Hemos comenzado la impresión de papeletas para las legislativas y se ha finalizado un plan de despliegue con el ejercito sudafricano y la MONUSCO (misión de la ONU para la República Democrática del Congo)» aseguró Jacques Djoli.

El 14 de noviembre, según la Agence France Presse (Agencia Francesa de Prensa), el vicepresidente de la CENI, Jacques Djoli, en una visita a Bruselas, habría anunciado, tras las enormes dificultades logísticas aún por resolver, un posible aplazamiento de las elecciones de varios días. “Si no estamos preparados, solicitaremos varios días (de prórroga) y organizaremos las elecciones el 2 o el 5 de diciembre”, declaró Djoli, diciéndose convencido a un 99,9% de que, tanto las elecciones presidenciales como las legislativas, podrían tener lugar el 28 de noviembre, tal y como estaba previsto.

El 15 de noviembre, el vicepresidente de la CENI, Jacques Djoli, desmintió las declaraciones realizadas en el despacho de la Agence France Presse y las definió como: «Unas declaraciones que se me han atribuido falsamente por un medio al que no me he dirigido». Según él, la CENI descarta la posibilidad de aplazar las elecciones y confirma la celebración de las elecciones presidenciales y legislativas en la fecha del 28 de noviembre.

El 15 de noviembre, en el transcurso de una rueda de prensa, el presidente de la oficina de la CENI, Daniel Ngoy Mulunda, declaró que las 186.000 urnas que la oficina esperaba provenientes de China ya habían llegado y estaban siendo desplegadas en toda la extensión del territorio nacional.

La impresión de todas las papeletas para las presidenciales y la diputación nacional finalizó el 14 de noviembre en la República Surafricana. Según Ngoy Mulunda, se esperaba recibir 2.486 toneladas de papeletas provenientes de dicho país. Este anunció que se esperaban dos aviones el 16 noviembre en Kinshasa y otros dos en Kinsagani. El 17 de noviembre se efectuaron dos rondas aéreas en la ciudad de Mbandaka y otras tres en Kinsagani. El 18 de noviembre, aterrizaron nueve vuelos más en la capital congoleña y otros cuatro en Kinsagani para comunicar las ciudades de Bukavu y Bunia. El 19 de noviembre se esperaba un vuelo en Lumbubashi, otros dos en Kindu y otros dos más fueron efectuados, el mismo día, a Gbadolite y Kanaga respectivamente. El 20 de noviembre, se habían previsto cuatro rondas de aviones en Kinshasa, un vuelo en Kindu y otro en la ciudad de Mbuji-Mayi.

La finalización de estos vuelos tuvo lugar el 21 de noviembre, día en el que se efectuaron nueve vuelos sobre Kinshasa, dos sobre Lubumbashi, dos sobre Kisangani, dos sobre Kanaga y dos sobre Mbandaka.

El presidente de la CENI reconoció que «había dificultades» en el despliegue de papeletas pero aseguró que su institución «las estaba solucionando».

Para llevar a cabo este «gran desafío logístico», la CENI contaba con «una veintena de helicópteros de la MONUSCO, cuatro helicópteros y dos aviones de las FARDC (Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo), se esperaban diez aviones de Angola en el cuadro de la SADC (Comunidad de Desarrollo de África Austral) y seis helicópteros alquilados por la oficina de la CENI» indicó el pastor Daniel Ngoy Mulunda. En relación a todas estas disposiciones, prometió que el 25 de noviembre de 2011, todo el material electoral sería desplegado en todos los colegios electorales.

El 17 de noviembre, en un comunicado de prensa, la CENI anunció que prolongaría una semana la operación de acreditación de testigos, periodistas y observadores. La finalización del proceso, prevista para el 17 de noviembre, tendría lugar el 24 de noviembre por la tarde. La CENI explica esta decisión con la pequeña tasa de solicitudes registradas. Muchos cuestionaron la organización de la CENI. Otros, consideraron que los partidos políticos eran los responsables.

Algunos candidatos lamentaron los retrasos en que incurrió la CENI en la distribución de las tarjetas entre los nacionales y «la discriminación experimentada por las organizaciones nacionales con respecto a las organizaciones internacionales» en estas operaciones. Según algunos observadores, la distribución de tarjetas se retrasó porque la CENI tardó un tiempo considerable en decidir quien firmaría las tarjetas de los nacionales. Tras lo cual surgió un problema con los sellos, «algunas tarjetas de nacionales no habían sido selladas con el matasellos de la CENI».

Por el contrario, otros condenaron a sus partidos políticos por no haber coordinado esta operación. De hecho, muchos candidatos independientes de la diputación nacional y numerosos partidos políticos esperaron al último día para depositar las listas de sus testigos y las solicitudes de acreditación. Por otra parte, los candidatos afirman haber tardado por el tiempo que les llevó recaudar el dinero necesario para pagar a los testigos. Algunos testigos exigían entre 10 y 15 $US de los candidatos por estar presentes en el colegio electoral.

El 19 de noviembre, diez helicópteros y dos aviones Antonov que Angola puso a disposición de la CENI llegaron a Kinshasa para ayudar en el despliegue de material electoral a través del país.

 

b. Nuevas irregularidades

El 9 de noviembre, en una correspondencia dirigida a la CENI tras la publicación de la lista de los colegios electorales dentro de la circunscripción electoral de Oshwe, provincia de Bandundu, algunos candidatos de la diputación nacional estimaron que habría indicios de manipulación y se gestaba un fraude masivo. Estos señalaron que «el emplazamiento 22590 en Penyenye, localidad del territorio de Kiri no debía estar en el territorio de Oshwe. El emplazamiento Iyapa debía albergar, en realidad se encuentra operacional en la localidad de Popombo». Continúan: «El emplazamiento 30230031, cuyo establecimiento no existe, situado en Manga, un pueblo de menos de diez electores y sin colegio, no merece un colegio electoral». Los candidatos recalcan también el hecho de que, en algunas localidades, los colegios electorales están a más de 70 km de distancia a diferencia de otros lugares de la circunscripción que consideran favorecidos por esta distribución geográfica.

A menos de dos semanas de las elecciones, en ciertas localidades, la CENI todavía no ha publicado ni las listas de los electores, ni las de los colegios electorales. Así, a diez días de las elecciones, no se sabía todavía quién debe votar y dónde. El mayor problema señalado aquí y allí, sobretodo en el interior del país, es el fenómeno de la «compra de tarjetas electorales». «Aquí, mucha gente, ha cedido sus tarjetas electorales a cambio de un poco de dinero […] Es posible que se utilice este mecanismo para llenar las urnas… Es por eso que insistimos en que haya observadores y testigos en cada colegio electoral», indicó un miembro de la sociedad civil bajo anonimato, en Kananga, en Kasaï Occidental. Según los testimonios de las organizaciones de la sociedad civil de esta provincia «en Mweka, hay colegios electorales sin código y códigos sin colegio electoral».

Si no se hace nada de aquí al día de las elecciones para instaurar una mayor transparencia, el decorado esta listo, por parte de la Mayoría, para el fraude, y por parte de la Oposición, para la contestación de los resultados electorales. Las elecciones no transcurrirán en calma si no son transparentes y, en consecuencia, creíbles.

El 17 de noviembre, los habitantes de Shabunda protestaron contra la distribución geográfica de los colegios y enclaves electorales de las agrupaciones de Bamuguba y Baliga, a alrededor de 150 km al nordeste de Shabunda (en la zona sur de Kivu). En una marcha pacífica, afirmaron que de los 27 lugares de voto instalados en la circunscripción de Basisi, solamente cuatro habían sido asignados a estas dos agrupaciones. Según las autoridades tradicionales de las dos agrupaciones, este reparto de los lugares de voto «no es equitativo».

Los electores de los distritos de Haut Uélé y de Ituri (Provincia Oriental) acusan a la CENI de haber suprimido ciertos colegios electorales en los territorios de Irumu, Mambasa y Watsa. Según dicen, esta situación perjudica a más de 40.000 electores, mayoritariamente pigmeos, que deben recorrer entre 15 y 50 km para ir a votar.

El 21 de noviembre, en una conferencia de prensa en Kinshasa, Alexis Mutanda Ngoyi Muana, presidente de la Comisión Electoral permanente de la UDPS (Unión por la Democracia y el Progreso Social), denunció unas irregularidades constatadas en varias circunscripciones electorales, entre ellas, la utilización de colegios electorales ficticios, la no publicación de las listas de electores y la supresión de ciertos colegios electorales. Para remediar todo esto, la UDPS solicitó la supresión de los colegios electorales ficticios, la publicación de listas electorales para cada colegio electoral y el restablecimiento de algunos colegios electorales.

La denuncia no es nueva, pero para la UDPS se reúnen todos los ingredientes para un fraude a gran escala. Según el partido de Etienne Tshisekedi, la CENI y el poder establecido trabajan de común acuerdo para llevar a cabo un golpe de estado.

Según la UDPS, en Kinsasha y el interior del país se observa una gran cantidad de colegios electorales cuya existencia solo se explica por la necesidad de recibir urnas en las que previamente se introducen papeletas falsas que favorecen así al candidato del poder establecido.

La UDPS advierte que si se confirma que las elecciones son fraudulentas, llamará al pueblo para que tome responsabilidad. Por su parte, el presidente de la CENI no cesa de repetir que él «garantiza la transparencia».

Según algunos observadores, la distribución geográfica electoral de los enclaves de los colegios electorales necesitaría una reforma completa, en vista del tamaño geográfico del país y el tiempo que pasó entre las dos elecciones, las de 2006 y las de 2011.

En efecto, un responsable escolar que había prestado servicio en un centro de inscripción confió lo que sigue: «El error de la CENI es haber echo un “copiar y pegar” de la distribución geográfica de los colegios electorales de 2006. Sin embargo, en el período entre las dos elecciones, las actuales con respecto a las de 2006, un gran número de colegios utilizados en las elecciones pasadas han cambiado de actividades. Esto presagia una sorpresa desagradable para las personas inscritas que se vean afectadas por estos lugares.

En Kasaï Oriental, Léon Mulumba Kanyinda, candidato a la diputación en la circunscripción electoral de Tshilenge, cita algunos colegios electorales: «Entre los colegios electorales que se encuentran en residencias de candidatos y, sobre todo, los del PPRD (Partido del Pueblo para la Reconstrucción y la Democracia), está el colegio nº 20-640, el nº 20-639 y el nº 20-641 que se han fijado en residencias de los candidatos. Los miembros de estos colegios electorales son hermanos de esos candidatos». También se acusa a la CENI de asignar quince colegios electorales a un colegio en el que solo hay 6 aulas. La mayoría de los centros escolares seleccionados por la CENI no existen en la práctica, según el candidato Léon Mulumba Kanyinda: «También está el colegio nº 20-658 situado en el instituto Dibika, un colegio que no existe en Bena-Kalenda». Por su parte, la secretaria del ejecutivo provincial de la CENI, Emile Dimoke, afirma haber solicitado a los jefes de la delegación que deslocalizaran rápidamente todos los colegios electorales situados en residencias privadas.

Un candidato a la diputación nacional ya había alertado a la CENI de que en la ciudad de Kinshasa, numerosos electores tenían dificultades para encontrar sus colegios electorales y la mayoría de los lugares mencionados en los mapas habían sido transformados en residencias privadas, tiendas y bares. Según la CENI, se trataría de un error de ejecución de la distribución geográfica de los colegios electorales.

También en Kinsasha, algunos de los colegios electorales asignados en la distribución geográfica publicada por la CENI no existen. Habría más de un centenar de colegios electorales ficticios. El lugar de voto del complejo escolar Inga situado en el municipio de Selembao dispone únicamente de ocho colegios de los veinte emplazamientos. Los ocho colegios electorales que en el mapa figuran en la avenida de la Foire, en el municipio de Makala, no existen. Los habitantes no conocen los colegios de educación primaria 2 y 12, en la misma avenida, designados como colegios electorales en la distribución geográfica de la CENI. En el municipio de Kisenso, el centro de recuperación escolar situado en la avenida Ntuka Kongo cuenta con cinco colegios electorales en lugar de treinta y seis. El colegio Vinda en la avenida Madimba constituye un único colegio electoral y no treinta.

El vicepresidente de la CENI, Jacques Djoli, reconoció la posibilidad de que un colegio electoral incluido en los mapas no pudiera ser encontrado en la dirección indicada. Admitió que «es posible que un colegio electoral haya sido planificado en los mapas pero que no exista en el momento de las elecciones» e invitó a la población a indicar estos casos a la CENI: «Hay que comunicar a la CENI local y sobre todo a la oficina central de la CENI el código numérico del colegio electoral ficticio entre comillas y su localización, para que durante la compilación, se establezca que dicho colegio no está abierto, aunque hubiera sido planificado». Jacques Djoli también pide a la población que indique los casos de colegios que no responden a las prescripciones de la ley electoral. El artículo 48 de dicha ley estipula que ningún colegio electoral puede establecerse en: lugares de culto, los cuarteles generales de partidos políticos, sindicatos y organizaciones no gubernamentales, bares, comisarías, campamentos militares y academias y escuelas militares.

El 22 de noviembre, los habitantes de Idjwi, una isla situada en medio del lago Kivu al norte de Bukavu, rodearon, a lo largo de la mañana, la oficina de la CENI en Bugarula, antes de organizar una marcha pacífica. Protestaban contra la omisión de más de 20.000 electores en las listas electorales publicadas en la víspera.

El 22 de noviembre, respondiendo en caliente a preguntas sobre este punto, el presidente de la CENI, Daniel Ngoy Mulunda, afirmó que los colegios electorales calificados de ficticios son lugares que hacía cinco años se habían utilizado como colegios y que se habían transformado más adelante en residencias privadas.

Declaró que se habían realizado todas las disposiciones para que los antiguos colegios que sirvieron como colegios electorales, y que eran ahora residencias privadas, no continuaran siendo asignados. Para paliar esta situación, la CENI deslocalizó estos colegios electorales que serán ubicados en carpas que instalará con este fin.

El 22 de noviembre, el presidente de la CENI respondió a las alegaciones, difundidas por algunos organismos de prensa, que afirmaban que 3.000.000 de papeletas habrían sido ya colocadas en las urnas y marcadas a favor de un candidato presidenciable. Estas papeletas provendrían de Sudáfrica y estarían destinadas a Lubumbashi. En un tono amenazador, Daniel Ngoy Mulunda, prometió que los organismos de prensa que se habían permitido publicar esta «información falsa» serían llevados ante la justicia.

El 23 de noviembre, en el transcurso de una rueda de prensa, el presidente de la CENI, Daniel Ngoy Mulunda, esclareció ulteriormente la opinión tanto nacional como internacional sobre las alegaciones relativas a la creación de colegios electorales ficticios. Explicó que “no hay colegios electorales ficticios […]. Cuando hablamos de un colegio electoral ficticio, se trata de un colegio que se crea y se esconde para engañar. En cambio, cuando hay un colegio que se encuentra en el mapa pero está mal situado, no existe la intención de engañar. Está claro que se pueden haber cometido errores de localización y de implantación de colegios y si se han cometido errores humanos de localización, los vamos a corregir”.

Recordó que: «durante la revisión del fichero electoral, los electores habían elegido su lugar de voto y cada lugar elegido se había impreso en la tarjeta electoral», y añadió que «durante la operación de localización de los colegios electorales, para reducir algunas distancias demasiado grandes entre diferentes lugares de voto, la oficina de la CENI ordenó la creación de lugares de voto adicionales». También indicó que «durante la creación de los colegios electorales y de escrutinio (BVD), algunos lugares que habían tenido menos de veinte electores habían sido suprimidos y a los electores afectados se les había asignado el lugar más próximo». También afirmó que estaba previsto realizar el acondicionamiento de los colegios electorales y el recuento tras la formación de los miembros de los BVD, precisamente en la víspera de las elecciones. Recalcó que «en los lugares donde no hay colegios, se utiliza cualquier otro edifico público o privado puesto a disposición de la CENI. Y en los lugares donde no hay ningún edificio, la CENI había comprado carpas que serían instaladas para albergar los BVD previstos».

Admitió que «durante la operación de emplazamiento de los BVD, se cometieron errores en la deslocalización de algunos colegios electorales» y aseguró que todos estos errores serían corregidos en la víspera de las elecciones. El presidente de la CENI también aportó detalles sobre las alegaciones relativas a la deslocalización de algunos BVD indicados en los mapas. «Dado que todavía no se ha efectuado la instalación y el acondicionamiento de los BVD, si por cualquier razón hubiera que recurrir a la deslocalización de algunos BVD, la CENI llevará a cabo todas las disposiciones para informar a los electores previstos en estos BVD del nuevo emplazamiento que no deberá, siguiendo los procedimientos, estar situado a más de un kilómetro de distancia».

Lo mismo se aplica a los electores omitidos en las listas electorales pero en posesión de sus tarjetas. Aprovechando esta oportunidad pidió a todos los electores que tuvieran sus tarjetas pero cuyo nombre no figurara en la lista electoral que se presentaran el día de las elecciones en el lugar de voto indicado en sus tarjetas. «Se llevarán a cabo disposiciones para asegurar su derecho al voto» aseguró. Para «una mayor transparencia» en esta operación, el pastor Ngoy Mulunda invitó a los observadores internacionales y nacionales y los periodistas así como los delegados de los partidos políticos a acompañar a la CENI sobre el terreno.

 

c. Casos de intolerancia electoral

El 9 de noviembre, la comitiva del presidente de la UNC (Unión por la Nación Congoleña) y candidato a las presidenciales de 2011, Vital Kamerhe, tuvo dificultades para entrar en la ciudad de Kikwit (provincia de Bandundu). La policía indica que jóvenes del PPRD (Partido del Pueblo para la Reconstrucción y la Democracia), el partido presidencial, quemaron neumáticos a la altura del pueblo de Ndungi, en la entrada a la ciudad de Kikwit obligándole a regresar.

La situación degeneró cuando la guardia de la comitiva de Vital Kamerhe descendió de sus vehículos para reaccionar contra el comportamiento de estos jóvenes, indican los testigos. El batallón de intervención de la Policía Nacional Congoleña que se presenció en el lugar para evacuar a estos jóvenes y abrir el paso, encontró resistencia. El incidente dejó tres heridos de los cuales dos eran policías y uno un joven de un grupo identificado como PPRD.

El 17 de noviembre, un gran número de personas resultaron heridas en enfrentamientos entre partidarios de la UDPS y de la UNAFEC (Unión Nacional de Federalistas del Congo) en Kamina, a 600 km al noreste de Lubumbashi, capital del distrito de Katanga.

Los militantes de la UNAFEC atacaron a los de la UDPS después de que estos últimos quemaran un retrato de jefe de estado Joseph Kabila. Las casas que pertenecían a personas presuntamente originarias de la provincia de Kasaï Oriental, la región de origen de Tshisekendi, al oeste de Katanga, también fueron saqueadas.

El 19 de noviembre, mientras que Etienne Tshisekendi celebraba un mitin de su campaña electoral en la tribuna central del municipio de Kasuku, en Kindu, se produjo un lanzamiento de piedras entre simpatizantes de su partido, la UDPS, y los de la MP (Mayoría Presidencial). El balance se cerraba con numerosos heridos, de los cuales tres de ellos, partidarios de la UDPS, eran heridos graves. Además, dos miembros de este partido fueron arrestados por la PNC. El incidente se desencadenó por la presencia de jóvenes de la MP, que portaban efigies del presidente saliente Joseph Kabila, en el lugar en el que Etienne Tshisekedi celebraba su mitin. Se produjo un lanzamiento de piedras por parte de los simpatizantes del PPRD, miembro de la MP. Este hecho fue seguido de enfrentamientos entre estos y los partidarios de la UDPS. Estos últimos, por su parte, destrozaron dos efigies de Joseph Kabila, candidato independiente apoyado por la MP. También dañaron el parabrisas del coche de un diputado miembro del PPRD. El 20 de noviembre, por la mañana, un grupo de mujeres se movilizó delante del hotel donde se alojaba el candidato Tshisekedi, coreando mensajes hostiles a su persona. Protestaban contra lo que consideraban críticas de Tshisekedi hacia el candidato a presidente Joseph Kabila durante el mitin del sábado.

 

d. Bloqueo de las instituciones de la República

Durante este período preelectoral, a menudo hemos asistido a un bloqueo en el funcionamiento de las instituciones de la República que debería, no obstante, asegurar la continuidad del Estado. Esto se debe a que la mayoría de los animadores actuales de las instituciones son los candidatos a las próximas elecciones y se preocupan más por su futuro político que por cumplir correctamente con su función. La CENI, al aceptar las candidaturas a la diputación nacional de miembros del gobierno y otros mandatarios públicos sin dimisión o excedencia por su parte, ha contribuido deliberada e intencionalmente al incumplimiento de la ley que organiza las elecciones en la República Democrática del Congo. Correspondía a la CENI declararlos inelegibles, excluir sus candidaturas o anular la lista del partido político o agrupación política involucrada. El artículo 8 de la ley electoral, en los párrafos que van del 5 al 7, estipula que son inelegibles los funcionarios de la administración pública, los dirigentes de empresas públicas y magistrados que no justifiquen, antes de la fecha límite para la presentación de sus candidaturas, su solicitud de excedencia o la presentación de su carta de dimisión. Otros miembros del gobierno y mandatarios públicos utilizan, como medio de propaganda electoral, bienes, fondos, personal del Estado y establecimientos públicos. Asistimos, por lo tanto, a una campaña desequilibrada y a doble velocidad en la que unos, que disponen de importantes medios del Estado, continúan haciendo campaña a la americana. Los otros, en cambio, se contentan con las migajas a su disposición, y a penas consiguen hacer campaña. Se han constatado numerosos casos, tanto en Kinsasha como en el interior del país, incluso aunque a veces es difícil establecer una diferencia real entre los bienes de un candidato y los que pertenecen al Estado. Sin embargo, el artículo 36 de la ley electoral indica que «la utilización de bienes, fondos y personal público se castiga con la exclusión de la candidatura o la anulación de la lista del partido político, o la agrupación política involucrada».

Más de 20 ministros se embarcaron, desde el 28 de octubre de 2011, en la campaña que debía finalizar el sábado 26 de noviembre, con vistas a las elecciones a la diputación nacional, dejando así sus puestos vacíos y las administraciones funcionando al ralentí. El propio ministro de asuntos territoriales candidato a diputado en Funa, asume las funciones de una decena de ministerios. Como se puede observar claramente, su mesa está llena de carpetas que tardan en ser atendidas y en algunos ministerios reina un clima de fin de semana. El gobierno de la República permanece sumergido en el inmovilismo, por la simple razón de que casi todos los ministros están en campaña electoral. La ley electoral se contenta con exigir a los funcionarios una excedencia; a los mandatarios activos una dimisión, etc, pero no establece nada para los ministros que, por lo demás, están en activo. Si hay disposiciones que deben ser revisadas, el artículo 10 de la ley electoral que habla de la inelegibilidad deberá ser el primero en llamar la atención de los honorables diputados de las legislativas. En realidad, una vez que un ministro se embarca en una campaña electoral con vistas a su elección para la diputación, la lógica le habría obligado a dimitir de su puesto para permitir, no solamente que el Estado continúe funcionando, sino también para que el candidato haga esa campaña en conciencia.

 

e. La sociedad civil se pronuncia

Entre las misiones de observación electoral, la más importante en cuanto a número y equipo es la encabezada por la Iglesia católica con la ayuda del Centro Carter, cuyo nombre hace honor a Jimmy Carter, antiguo presidente de los Estados Unidos. De los 30.000 observadores desplegados por la Comisión Episcopal Justicia y Paz, 6.300 tienen la función de informar a tiempo real sobre las condiciones de voto y los resultados del escrutinio en los 30.000 colegios seleccionados del conjunto del país. Según el Centro Carter, los resultados de estos 3.000 colegios seleccionados deben aportar una tendencia seria, próxima al resultado final. Los demás observadores utilizan medios sofisticados y tienen acceso al sistema de radio VHF de las parroquias.

El 9 de noviembre, la ASADHO (Asociación Africana de Defensa de los Derechos Humanos de la República Democrática del Congo) lamenta la represión de las manifestaciones públicas de los partidos políticos de la oposición por parte de la Policía Nacional Congoleña, durante el proceso electoral. La ONG pide a la policía que «evite un uso excesivo de la fuerza contra la población civil o los actores políticos» y que «de su apoyo y asistencia al candidato que gane las elecciones presidenciales, sea quien sea». Desea que se abra un procedimiento disciplinar contra los miembros de la PNC que «han violado los derechos fundamentales durante las manifestaciones públicas» de la oposición. Al gobierno de la República, la ASADHO le recomienda que «se abstenga de desviar a la PNC de sus funciones constitucionales».

El 10 de noviembre, la VSV (Voix de Sans Voix, Voz de los Sin Voz) por los derechos humanos denuncia, en un comunicado de prensa, los actos de intolerancia política, intimidación y acoso llevados a cabo durante la campaña electoral. La ONG cita el caso de la instrumentalización de jóvenes que practicaban artes marciales para agredir a los militantes de los partidos políticos de la oposición.

La ONG también protesta contra «las intenciones desagradables destiladas por algunos candidatos en las elecciones del 28 de noviembre». El mismo documento también menciona las canciones entonadas por los militantes de la UNAFEC, el amordazamiento de la prensa llevado a cabo por hombres de uniforme y la represión de la caravana motorizada por parte de la UDPS y partidos afines a Mbuji-Mayi. Según la VSV, estos casos ponen en riesgo la celebración de unas elecciones presidenciales y legislativas tranquilas. La ONG solicita al gobierno que ponga fin al uso de la juventud y las fuerzas del orden como instrumento del proceso electoral. También solicita a la MONUSCO que advierta a todos los perturbadores del proceso electoral y actores políticos culpables de xenofobia. Recomienda a la CPI (Corte Penal Internacional) que siga de cerca el desarrollo del proceso electoral en la RDC.

El 11 de noviembre, las ONGs de defensa de los derechos humanos de Walikale, en la zona norte de Kivu, denuncian la implicación de oficiales de las FARDC en la campaña electoral. Según estas organizaciones no gubernamentales citadas por la fuente, hombres de uniforme habrían distribuido efigies, dinero y otro material de campaña a la población por cuenta del jefe de estado, Joseph Kabila Kabange. Estas ONG subrayan que esta práctica es una violación de la ley electoral según la cual los miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional Congoleña son apolíticos. No tienen la condición de electores y, además, no pueden ser elegidos. Con excepción de aquellos que hayan demostrado, antes de la fecha límite de presentación de candidaturas, la aceptación de su dimisión o de su excedencia.

La ASADHO hizo un llamamiento a todos los candidatos de las elecciones presidenciales para que aceptaran el veredicto de las urnas. Esto tuvo lugar en el transcurso de una rueda de prensa en Kinsasha. Esta llamada se hizo en vista de los ingredientes observados en los últimos tiempos, los cuales eran susceptibles de llevar a la contestación de los resultados de las presidenciales por parte de los perdedores.

Las tergiversaciones de la CENI a la hora de abrir el fichero electoral a la auditoría solicitada por los partidos de la oposición, los atentados contra la libertad de expresión y las manifestaciones orquestadas por la PNC, antes y durante la campaña electoral; la violación de la ley electoral por parte de los candidatos a las elecciones presidenciales; las acusaciones contra la CENI sobre la existencia de colegios electorales ficticios, las llamadas a la violencia y al odio hechas por algunos candidatos, los actos de violencia que caracterizan la campaña electoral y la implicación de algunos militares en la campaña electoral son algunos de los problemas registrados antes de la celebración de las elecciones.

La ASADHO da así la alarma y señala la necesidad de un compromiso responsable de todos los actores del proceso electoral, la CENI, los partidos políticos, las instituciones judiciales y la propia población, para favorecer la paz durante y después de las elecciones.

 

f. Elecciones 2011: un momento determinante

Las elecciones de 2011 son un momento determinante para la historia de la República Democrática del Congo. Pero también para África y el mundo. Por su posición geográfica estratégica, la República Democrática del Congo estuvo en el medio de los enfrentamientos hegemónicos entre Oriente y Occidente en los momentos álgidos de la Guerra Fría. Ya en esta época, la República Democrática del Congo se encontraba en el centro de los desafíos internacionales. Todavía lo sigue estando con las «guerras de conquista de los espacios económicos» en África por el control de los minerales (coltan, casiterita, oro, diamantes, níquel y cobalto), el petróleo así como el gas metano. Es importante recordar que el mundo vive momentos extremadamente importantes marcados por las transformaciones tanto políticas como económicas. El cambio del régimen político en Irak, la primavera árabe, la muerte de Bin Laden y Gadafi, la crisis económica y financiera internacional, la deuda de Europa y Estados Unidos, son signos precursores del declive del capitalismo. Todos ellos constituyen hechos capitales que afectan a todos los países del mundo.

Sin embargo, hasta el momento, solo África, aunque fuertemente castigada, dispone de los recursos necesarios y susceptibles de relanzar la economía mundial. Además de los minerales, África tiene bosques y, sobre todo, agua. Este último recurso es el nervio de la próxima guerra mundial. Todo podría partir de la República Democrática del Congo que posee el 70% de la reserva forestal de África y el segundo río del mundo con más caudal después del Amazonas en Brasil.

Todos estos hechos son sustentados por el vasto complot de balcanización de la República Democrática del Congo. Pasamos de una iniciativa a otra, la «Marcha común de los Grandes Lagos», por no citar más que esta iniciativa que alude a «la comercialización en común de las riquezas congoleñas» para precipitar la balcanización en un plan primeramente económico y seguidamente administrativo.

Si hasta ahora el pueblo congoleño ha resistido todos estos complots diabólicos, los comanditarios todavía no han tirado la toalla. Todo lo contrario, están cambiando de táctica y de terreno para alcanzar el mismo objetivo: balcanizar la República Democrática del Congo para controlar sus riquezas.

La opción elegida es la de un trabajo de zapa en el interior del país, antes de dar la estocada final. Esta es la razón por la que las FDLR, la LRA y la ADL, las fuerzas negativas ruandesas y ugandesas, tienen tanto aguante. En realidad, los ejércitos regulares congoleño, ruandés, ugandés, sudanés, centroafricano, de la ONU y pronto el estadounidense no han recibido ninguna orden de combatirlos, para desarmarlos y repatriarlos, ya que son peones, los fondos del comercio de los estados para que sustentan estos complots de balcanización de la República Democrática del Congo.

Las elecciones son, por lo tanto, una de las oportunidades para llevar a cabo este oscuro propósito. Es decir, empujar a los congoleños hacia el error con unas elecciones caóticas antes de tomar conocimiento de «su incapacidad para comportarse con toda responsabilidad y dirigir su país». Puesto que África no debe ser eternamente inestable a causa de una República Democrática del Congo constantemente inestable, los dirigentes de la guerra y la paz decidirán en consecuencia.

Los congoleños, más concretamente a la clase política, tienen que tomar conciencia de estas evidencias que ponen en peligro la existencia de un estado y una nación: la República Democrática del Congo. Las elecciones de 2011 ofrecen una buena oportunidad para librar la última batalla de perseveración en los atributos de la soberanía nacional.

A la pregunta: «Después de la primavera árabe que se ha llevado a tres presidentes del Magreb, ¿es posible un otoño congoleño que se lleve a Joseph Kabila?», Jean-Paul Mopo Kobanda, investigador y analista político, respondió:

«Una revolución no se decreta pero los “ingredientes” suelen ser los mismos y están reunidos en la República Democrática del Congo, a saber el hambre y la pobreza, la concentración de poder en las manos de un solo hombre, el amordazamiento de la prensa, la violación de los derechos y las libertades fundamentales, la intolerancia y el rechazo de la contradicción, etc. De los cinco proyectos que prometió Joseph Kabila, ninguno se ha llevado a cabo. Los resultados de la mayoría saliente son muy negativos: negación de las libertades y derechos fundamentales, asesinato de numerosos periodistas, opositores y activistas de los derechos humanos, desviación de gobernaciones tomadas de la oposición durante las elecciones por la corrupción de los elegidos, incapacidad del gobierno de construir una economía creadora de empleo, aumento recurrente de la pobreza y la inseguridad. Hoy en día, los congoleños aspiran a un verdadero cambio político que influya directamente en su vida diaria. En este contexto, el riesgo de un voto de rechazo a Kabila que beneficiará con toda seguridad a Tshisekedi es real. En ese caso, el pueblo podría estar tentado de no dejarse robar la victoria si no se proclama vencedor al candidato que él ha elegido».

———————————-

Traducción al español dentro del proyecto Mondo Lingua para la traducción gratuita de páginas web para ONG y asociaciones sin ánimo de lucro. Proyecto dirigido por Mondo Services. Traductor: Ana Casillas Tomasin