Congo Actualidad n. 166

ÍNDICE

EDITORIAL: Si queremos, podemos

1. KIVU

a. El calvario de los eternos desplazados por la guerra

b. El M23 reforzado por los soldados Ugandeses y Ruandeses

c. El debate sobre los llamados Miembros electos de la Masisi

d. Los grupos armados

e. Las poblaciones civiles viven en la más grande inseguridad

2. LA SOCIEDAD CIVIL

3. LA CONFERENCIA INTERNACIONAL DE LA REGIÓN DE LOS GRANDES LAGOS

4. LA COMUNIDAD INTERNACIONAL

5. PARA UN ANÁLISIS

 

EDITORIAL: Si queremos, podemos

 

Un silencio inquietante.

En una reciente entrevista, el periodista franco – camerunés Charles Onana afirma haber constatado que, «en Europa, es muy difícil de hablar de las victimas congolesas y del saqueo de los recursos naturales de la República Democrática del Congo (RDC), A pesar de los muchos informes de las Naciones Unidas sobre estos puntos». Según Onana, «los medios de comunicación y los círculos políticos europeos miran la situación congoleña simplemente a través de la visión de los FDLR y de los Maï-Maï, ignorando por completo las fuerzas de ocupación reales. Hablar, por ejemplo, del papel de Ruanda y de su interferencia en la República Democrática del Congo es un tema tabú para las instituciones europeas, e incluso algunas organizaciones de defensa de los derechos humanos. Es una forma de censura que no puede ser justificada. Por tanto, es necesario romper la ley del silencio”. Según Onana, «la tragedia de los congoleños en el este del país es el resultado de una política deliberada de saqueo y esclavitud, donde las grandes potencias occidentales, las corporaciones multinacionales y los grupos mafiosos juegan un papel importante. Los países vecinos de la República Democrática del Congo, que se consideran los  « padrinos de la agresión del Congo », le Ruanda y Uganda en particular, tienden a servir a los intereses occidentales ».

 

Las máscaras que ocultan un sistema de explotación.

La creación en mayo, en el este de la RDC, del movimiento del 23 de marzo (M23), un nuevo grupo armado, militar y logísticamente apoyado por Ruanda y Uganda, y que es responsable de muchos crímenes contra la humanidad, exige una mayor reflexión y plantea interrogantes acerca de su origen. Teniendo en cuenta su composición, el M23 se sitúa en la estela de los anteriores grupos armados, también armados y apoyados por el régimen ruandés. Trazando retrospectivamente  la historia de estos últimos dieciséis años de la RDC, entre estos grupos se encuentra el Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), creada en 2006, la Coalición Congoleña para la Democracia (RCD) y sus diversas ramas, establecida en 1998, y finalmente, la Alianza de Fuerzas Democráticas para la Liberación del Congo-Zaire (AFDL), establecida en 1996.

 

Los señores de la guerra que tenían el mando militar de los grupos armados se han convertido en los generales y coroneles del ejército nacional. Los líderes de los poderes políticos de los movimientos rebeldes se encuentran ahora en el Parlamento, el Gobierno y la administración territorial. Con los años, hemos visto la consolidación de un sistema basado en la AFDL-RCD-M23-CNDP y la explotación ilegal de los recursos naturales en la República Democrática del Congo, que tiene su epicentro en Ruanda, pero las consecuencias de la muerte y empobrecimiento tienen un impacto negativo en la República Democrática del Congo. Es conocido por todos que este sistema depende del apoyo del régimen ruandés:  Kinshasa actúa bajo las ordenes de Kigali, en particular el presidente Paul Kagame, el Ministro de Defensa James Kabarebe y el Ministro de Relaciones Exteriores, Mushikiwabo.

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La solución existe y es política.

Los congoleños quieren un cambio radical. Pero, ¿cómo? ¿Cómo se oponen al sistema de la AFDL, RCD-M23-CNDP que tiene el poder y las armas?  Algunos proponen manifestaciones en la calle, un levantamiento popular o el uso de armas. El riesgo, una represión salvaje por parte del poder y la población sería todavía la principal víctima. Una alternativa posible sería poner fin al sistema de apoyo que el sistema recibe del exterior, principalmente del régimen ruandés. Habría que imposibilitar a Kigali de continuar pilotando el sistema del AFDL-RCD-CNDP-M23, como todavía lo hace sosteniendo el M23. Tal es la importancia de las sanciones que la sociedad civil congolesa continua a reclamar con insistencia al Consejo de Seguridad de la ONU y a la Unión Europea en contra del régimen Ruandés, teniendo cuidado de evitar las consecuencias nefastas sobre la populación ruandesa. Las sanciones pueden tener una serie de medidas, tales como el embargo sobre las importaciones de armas y las exportaciones de minerales robados al Congo y etiquetados en Ruanda, una suspensión de la cooperación militar, la emisión de mandatos de arresto internacionales y la congelación de bienes y de personas y entidades implicadas en el conflicto y citadas en los informes de la ONU. Es debilitando el actual régimen ruandés que podemos poner fin al sistema de el AFDL-RCD- CNDP-M23- en la RDC. Esto sería una operación rápida, sin ningún gasto y, probablemente, mucho más eficaz que la intervención de una hipotética « fuerza internacional neutra ». Sería suficiente de solamente un mínimo de voluntad política. Al mismo tiempo, la ONU y la UE deberían de hacer presión sobre Kinshasa, sobre todo en los dominios de democratización del país (la reforma de la comisión electoral), el respeto de los derechos del hombre (proceso Chebeya), la seguridad (cambio de la cadena de mando en la armada y la policía, un ajusta remuneración de los militares), la lucha contra la impunidad y la corrupción (reforma del sistema judicial) y el sector minero (lucha contra la explotación de los recursos naturales del país).

En estas condiciones, es siempre posible esperar un futuro en paz para la RDC.

 

 

1. KIVU

 

a. El calvario de los eternos desplazados por la guerra

 

En el este de la RDC, el campo de Kanyarucinya acoge desplazados que, antes de huir del Movimiento del 23-Marzo (M23), habían ya escapado en 2008 de otra rebelión, la del Congreso Nacional para la Defensa del (CNDP) que amenazaba de tomar Goma, la capital de la provincia inestable del Norte-Kivu. Cara a su avance, los desplazados habían entonces improvisado un campo en Kanyarucinya, a una decena de kilómetros de Goma.

«Hemos visto los rebeldes llegar, hemos tenido miedo y hemos venido aquí», se acuerda Christopher, 17 años. Hoy, el colegial ha vuelto al campo con unas 60.000 personas, la mayoría mujeres y niños. Todos han huido desde julio los combates a la armada y al M23, creado en mayo por los ex componentes del  CNDP integrados en 2009 en las fuerzas leales.

Antes de escapar al progreso del M23 y del CNDP, Mburano, 55 años, había huido de  la unión Congolesa para la Democracia (RCD). «En 2008, Yo ya estaba en Kanyarucinya. Yo vivía ahí con mi mujer y mis siete niños. Uno de ellos fue adoptado cuando el CNDP llegó a mi pueblo. Estaba solo, y en esos casos todos los niños son nuestros hijos», cuenta con una aparente serenidad el cultivador de hortalizas. Mburano vive en una de las 11.100 tiendas montadas sobre postes de madera, previstos para cinco personas pero donde las familias suelen ser numerosas. En esta temporada de lluvias, enormes, las lonas del Alto comisariado de la ONU para los refugiados (HCR) no están suficientemente apretadas. «Cuando dormimos, estamos  mojados», explica riéndose Mungu, 25 años, imitando el agua que cae sobre las orejas.

Pero aunque Mburano lleva botas de plástico, hay otros, como Christopher, que llevan simplemente sandalias. Pese a todo,  estamos trabajando para sobrevivir. Las mujeres venden verduras y los hombres trabajan en los campos vecinos. Este es el caso de Mungu, que ha perdido su empleo de conductor de moto-taxi. Por cada día de trabajo, gana «800 francos» congoleses – apenas un dólar. Un salario diario que parece la norma. Pero no hay elección.

Falta de recursos, el programa mundial de alimentos (PAM) tiene dificultades para distribuir más raciones (harina, frijoles, aceite, sal), galletas energéticas  y cupones de compra. Mediados de septiembre, los cupones, de un importe de 65 dólares por familia, habían tenido un cierto éxito. «El PAM había organizado una feria y con los cupones, y sobre las estanterías podíamos coger todo lo que: arroz, verduras… Preferimos elegir lo que comemos», comenta Janine, 26 años, que hace vivir sus cuatro hijos y su marido vendiendo, difícilmente, tomates y pequeños peces.

Además, lamenta Annuarite, 25 años, madre de tres niños, «si hemos recibido la comida, no tenemos madera para cocinar, y tampoco brasero… Y la comida debe durar un mes, pero lo que nos dan es insuficiente». Otros se quejan de que los bonos han causado inflación. Citan por ejemplo que el saco de 25 kg de arroz, que vale 22 dólares en el mercado local, costaba 30 en la Feria. Una anomalía en la que la PAM quiere encuestar. Actualmente, Si en el campamento fuentes de agua han sido instaladas, el acceso al agua sigue siendo muy difícil. También, los desplazados están a 17 km de la primera línea. « ¡Tememos miedo! Creemos que la M23 puede llegar aquí, tienen suficiente fuerza», estima Christopher. Mburano, él, tiene esperanza. «Si hay paz, Vuelvo a casa, Aunque los campos y las casas fueron destruidos. Será necesario empezar de nuevo».[1]

 

b. El M23 reforzado por los soldados Ugandeses y Ruandeses

 

El 15 y el 18 de octubre, según fuentes cercanas a la sociedad civil de Kivu del Norte, tres Batallones ugandeses y ruandeses cruzaron, durante la noche, la frontera, pasando por NKONKWE (en agrupación de GISIGARI) y RUNYONYI (en agrupación de BWEZA), en la jefatura de BWISHA. La entrada de estos batallones tiene el objetivo de fortalecer el M23 Y permitirle de acelerar su avance hacia los Territorios de MASISI, WALIKALE, NYIRAGONGO y la ciudad de GOMA, antes de empezar la 2nda etapa que consistirá en ir hacia el Extremo norte (la zona BENI-LUBERO). La Sociedad civil de KIVU del Norte alerta las Naciones Unidas sobre estas nuevas amenazas de desestabilización y pide al Consejo de seguridad de las Naciones Unidas de adoptar lo más urgentemente posible sanciones contra los Gobiernos, Los Responsables políticos y los militares RUANDESES Y UGANDESES por su agresión del Congo, bajo la etiqueta M23 estas sanciones pueden consistir en embargos a los Gobiernos Ugandeses y Ruandeses, a la congelación de abonos, a la prohibición de viajas en otros Estados y al aplazamiento delante de la CPI de sus más altos responsables ruandeses y ugandeses sosteniendo y manteniendo el M23.[2]

 

 

Desde el 24 de octubre, dos batallones de soldados ugandeses han entrado por BUNAGANA por el CENTRO DE RUTSHURU. Circulan  alegremente  en la capital del Territorio de RUTSHURU, armados con armas pesadas, uniformados y con botas militares nuevas de la UPDF. Otros dos batallones están en KISORO, capital de la Provincia del mismo nombre (en Uganda), en la frontera Congo-Ugandesa, no lejos de BUNAGANA. Tendrán que entrar para reunirse con sus pares. Estos militares ugandeses acaban de unirse a sus homólogos RUANDESES los cuales están confinados en KALENGERA (a unos 10 km en la carretera de Goma).

La Sociedad civil de KIVU del Norte advierte de nuevo sobre el peligro que corren de nuevo la población de esta Provincia cara a la implementación de hombres y tropas de los Estados agresores.[3]

 

El 27 de octubre, mientras miles de militares ruandeses atravesaban la aduana de BUNAGANA, una delegación Ruandesa consejera en Administración territorial iba también a Rutshuru para aconsejar M23. En el territorio de Rutshuru, el M23 progresa en su proyecto de balcanización de la RDC.

1) Por lo tanto, el nombre de la jefatura de BWISA ha estado bajo la responsabilidad de Ruanda cambiado por el M23 en «jefatura YIRA».

2) El grupo de BINZA, después de que el antiguo líder el Señor  BANYENZAKI fuera raptado, y asesinado, el 27 de octubre de 2012, el CNDP/M23 apoyado por la delegación Ruandesa en presencia del líder Kadogo y del coronel Shetani Muhima (mai-mai Shetani), el M23 ha procedido a la instalación de nuevas autoridades consultoras.  Por lo tanto el nuevo líder del grupo BINZA se llama  BATWARE ISA BIKAMIRO, su segundo se llama MUMBERE MULAIRI, el secretario se llama SIWANGU MATAGI y los líderes locales seguirán sus órdenes.

3) Hace un mes, otra delegación de Ruanda había llegado a Rutshuru para ayudar el M23 y hacer un rápido censo de la población que es controlada en este territorio. En este periodo han dicho que sin excepción, cada familia debía tener solamente 3 niños. Si la familia sobrepasaba el número de 3, el 4 hijo debía cada semana pagar un impuesto equivalente a un dólar. El castigo para aquellos que tienen muchos hijos y que no tienen suficiente dinero para pagar es terrible. Los niños, en presencia de sus padres son asesinados con un hacha o con  pequeñas azas llamadas «Agafuni».

4) Un pase se ha establecido y ya es operacional en el territorio de Utshuru. Aquellos que están involucrados, son todos los ciudadanos o paisanos. Cuando quieren ir al mercado en los diferentes centros del territorio de Rutshuru, les hace falta un pase de pago. Si no, se tienen que quedar en su pueblo. La población que vive en los centros o ciudades está exenta de este pase por miedo a que esto pueda alertar al mundo entero.[4]

 

El 14 de noviembre, las autoridades ugandesas decidieron cerrar el puesto fronterizo de Bunagana, su principal punto de paso con la RDC. No han indicado cuando piensan abrirlo otra vez. Según sus autoridades, citadas por la cadena británica BBC, Uganda a tomado esta decisión para manifestar su desacuerdo por haber sido acusada por los expertos de las Naciones Unidas de sostener la rebelión del Movimiento del 23 de marzo (M23) utilizando este puesto fronterizo. En julio, el ministro congolés del interior había anunciado el cierre de la aduana de Bunagana bajo contra de los rebeldes del M23. Los responsables de la Dirección general de impuestos habían indicado al principio de la rebelión que este puesto fronterizo genera entre 400.000 y 600.000 dólares por mes.[5]

 

 

 

c. El debate sobre los llamados Miembros electos de la Masisi

 

El 9 de noviembre, en la Asamblea Nacional, la validación de los mandatos de los siete miembros nacionales, elegidos en la Distrito electoral del Masisi en Kivu del Norte no se celebró como estaba previsto. El diputado nacional José Makila ha presentado una moción incidental  pidiendo de permanecer en esta validación. Se refirió a las irregularidades en la elección de ese grupo, así como los vínculos que existen entre los miembros y la rebelión de la M23. La Oficina de la Asamblea Nacional remitió el asunto al Comité de Política Administrativa y Judicial, la cual tiene siete días para revisar el caso. Si bien la Corte Suprema ha confirmado estos resultados, el autor de la moción se opone a la validación de los mandatos de estos miembros. El afirma que estos elegidos forman parte de la oficina política del M23. José Makila encontró que la validación de los mandatos de los diputados  «consistirá en la balcanización del país ». «Lo que la Corte Suprema ha hecho no es correcto. Es por ello que aplicamos el artículo 28 de la Constitución, que exige no ceder a las instrucciones ilegales», El artículo 28 de la Constitución de la RDC dice: « Nadie podrá ser obligado a ejecutar una orden manifiestamente ilegal. Cualquier individuo o agente del Estado es relevado del deber de obediencia cuando la orden es una clara violación de los derechos humanos, las libertades civiles y la moral pública».

Muchos diputados sospechan que el gobierno ha negociado secretamente con el M23  y, para ellos, no podemos correr el riesgo de avalar tales negociaciones secretas.

Sin embargo, algunos miembros sostuvieron que la Asamblea Nacional no deberá aprobar una sentencia del Tribunal Supremo, diciendo que la cámara baja del Parlamento tiene que completar el trámite de validación de los mandatos. «Ha habido irregularidades y desorden en todas partes. Pero si la Corte Suprema acepta estos resultados, la Asamblea Nacional no tendrá derecho a negarse a ejecutar sus sentencias «, se quejó Jules Mugiraneza, uno de los diputados del Masisi.

Los resultados del distrito electoral parlamentario del Masisi fueron cancelados por el Tribunal Supremo el 25 de abril, debido a las irregularidades que empañaron las elecciones en este país. El Ceni se había declarado incapaz de reorganizar estas elecciones, como lo había recomendado la CSJ, debido a la inseguridad en la zona, los mismos resultados se publicaron finalmente por recomendación de la Corte Suprema.[6]

 

c. Los grupos armados

 

Desde el inicio de la rebelión del M23 y el regreso de la guerra en el este de la República Democrática del Congo (RDC), nuevos grupos armados han emergido. En este momento hay treinta movimientos rebeldes en la región, que van desde unos pocos cientos a unos pocos miles de hombres. Las alianzas varían con el tiempo y las circunstancias. La mayoría de estos movimientos, sin embargo, tienen un «enemigo» en común: las FARDC, el ejército congoleño. Las víctimas de estos grupos son siempre los mismos: la población civil atrapada en el fuego cruzado. El saqueo, el robo, la violación, la extorsión de estas milicias han lanzado en los caminos y en los campos, miles de refugiados. Desde el mes de mayo y la creación de la M23, los combates han desplazado a más de 300.000 en el Este.

El enfoque de la comunidad internacional y los medios de comunicación sobre la rebelión del M23, esconde una realidad más compleja sobre el terreno. La proliferación de estos movimientos revela sobre todo, las deficiencias del Estado en las provincias y en particular la ausencia de un ejército digno de ese nombre. La falta de recursos, dinero y de un verdadero comando, las FARDC, todavía no pueden garantizar la seguridad de la población. Peor aún, el ejército también es culpable de muchas atrocidades contra los civiles.

 

El regreso de la guerra favoreció la creación de nuevas rebeliones que se aprovechan del caos para reinar en los territorios… y su riqueza. El control de los recursos naturales del subsuelo del Congo es una de las causas del conflicto en Kivu del Norte y Kivu del Sur. Si el motor no es la guerra, es sin duda el principal combustible.

El último de estos grupos se llama URDC la Unión Internacional para la Rehabilitación de la democracia en el Congo y está «en contacto» con la M23. Otro grupo armado surgido en el Shabunda, en Kivu Sur: Los Raia Mukombozi, un grupo de autodefensa Mai-Mai de las  Raïa Mutomboki, que controlan muchos sitios mineros

 

Se formaron alianzas entre estos movimientos, a menudo en contra de la naturaleza. Al M23, donde el número de hombres oscila entre 1.000 y 2.000, se han unido  varios grupos de autodefensa, como las PARECO, los Mai-Mai Kifuafua, La Fuente o los Raïa Mutomboki. En el sur de Kivu, encontramos los Maï-Maï Yakutumba, los Maï-Maï Nyatura y los Mudundu 40. En Iturihay los FRPI, del jefe miliciano Cobra Matata Kasai-Oriental, el coronel Tshibangu ha desertado del ejército regular para afirmar la verdad de las urnas e intentó una ofensiva a principios de octubre. Frente a estas rebeliones múltiples y hostiles en Kinshasa, hay otras fuerzas rebeldes Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR). El mayor grupo armado presente en el Este, ahora se compone de unos 3.000 hombres (7.000 frente a unos pocos años atrás). Este movimiento reúne a los hutus ruandeses y congoleños que se oponen al régimen de Ruanda de Paul Kagame.

 

En este caos permanente, desde hace casi 20 años, los dos Kivus siguen siendo «el terreno de juego » ideal de los «aventureros» diversos y de los «aprendices rebeldes». Dado que la mayoría de los nuevos grupos armados se han acercado al Movimiento del 23 de marzo (M23), este puede desde ahora contar con estos aliados (ciertas circunstancias) para ganar regiones, ponerlos bajo control y así debilitar la autoridad de Kinshasa. En este mosaico de acciones y rebeliones por lo menos un objetivo común: la salida del Presidente Joseph Kabila.[7]

 

El 9 de noviembre, el Consejo de Seguridad de Kivu del Norte lanzó un ultimátum de dos semanas a todos los grupos armados en el territorio del Masisi, para desarmarse e integrarse a las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC). El Jefe de Estado Mayor del Ejército, el comandante de la octava brigada de la región militar, los jefes provinciales de la policía y la Agencia Nacional de Inteligencia (ANR) asistieron al consejo presidido por el Gobernador de la provincia, Julien Paluku. Al final del ultimátum, estas milicias tienen cinco días para que depongan las armas. El Consejo de Seguridad provincial decidió que, pasado el 30 de noviembre, los soldados congoleños atacarán a los grupos armados que operan en el territorio del Masisi.

El último 27 de septiembre, en Goma, tres grupos armados del Masisi habían expresado su deseo de unirse al ejército congoleño. Se trataba de la Alianza de Patriotas por un Congo Libre y Soberano (APCLS) Del Coronel Janvier, de la milicia hutu Nyatura y de las Fuerzas de defensa del Congo (FDC). En octubre, los combatientes del grupo Nyatuta que accedieron a deponer las armas fueron agrupados en un centro Mushaki antes de unirse al ejército. Los del APCL se agrupan en Nyabondo al sur del centro de Masisi y siguen a la espera de la integración.[8]

 

El 10 de noviembre, el Movimiento del  23 de marzo (M23) acusó al ejercito de atacar desde el 8 de noviembre sus posiciones y amenaza de «tomar represalias» si la ofensiva sigue. «Durante dos días, el ejército congoleño nos está atacando. Viernes, mataron a diez civiles y policías del M23 en el cruce de Kitagoma, a 90 kilómetros de Goma, en la frontera con Uganda», dijo el teniente coronel Vianney Kazarama, portavoz de la rebelión. Una versión desmentida por el ejército regular. «Ellos son los que mataron a esa gente, más de siete personas, cerca de Kitagoma, hacia Bunagana, una zona bajo su control», Dijo un oficial de alto rango de Ishasha, un importante puesto fronterizo con Uganda.[9]

 

 

 

e. Las poblaciones civiles viven en la más grande inseguridad

 

El 29 de octubre, el administrador del territorio de Beni, Amisi Kalonda, afirmó haber sido contactado por hombres que pretendían detener los tres sacerdotes de la parroquia católica de Mbau  secuestrados por hombres armados el 19 de octubre. Cuando se le preguntó, dijo que los presuntos secuestradores exigieron un rescate del cual no reveló el importe. Los líderes de la sociedad civil en Kivu del Norte afirman haber sido contactados por las mismas personas exigieron el pago de 50.000 dólares americanos antes de la liberación de los tres religiosos.

Por su parte, el obispo de la diócesis de Butembo-Beni, El Obispo Sikuly Melchisédech, pide a los secuestradores que respeten la integridad física de los sacerdotes. Por otra parte, excluye responder a cualquier petición de los secuestradores para liberar a los rehenes. La identidad de los secuestradores y sus motivos siguen siendo desconocidos hasta hoy. Sin embargo, algunas fuentes en Beni atribuyen este rapto a los rebeldes Ugandeses de la ADF/Nalu, activos en esta zona.[10]

 

El 3 de noviembre, un equipo de la policía y jóvenes del pueblo de Shoa encontraron el cuerpo de un bebé y de cinco mujeres asesinados a golpes de machetes. Según los testigos, las víctimas, de la etnia Hunde, estaban buscando comida para sus familias en los campos situados en la colina Bushuhi, situada a 7 kilómetros de la ciudad principal del territorio de Masisi en el norte de la provincia de Kivu. Los policías y los jóvenes del pueblo de Shoa se habían puesto a la búsqueda de las víctimas, después de constatar que tardaban mucho tiempo en volver de los campos. Los testigos indican que todos los cuerpos llevaban marcas de armas blancas. Hasta la fecha, otras tres mujeres han desaparecido. La milicia Nyatura, compuesta por personas de la etnia Hutu, es señalada en esta masacre, pero no habría no habría actuado sola. Algunos sugieren una alianza con la milicia hutu Ruandesa de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR). Otros citan una alianza con el Movimiento 23 de marzo (M23).

La sociedad civil exige que los autores de esta masacre sean encontrados para que respondan a estos crímenes ante la justicia. Según el comunicado de la sociedad civil, estos asesinatos de mujeres y niños muestran  «la estrategia para la limpieza étnica» y es un «mensaje elocuente de los agresores y sus aliados, buscando por todos los medios de desviar la atención del mundo, creando nuevos conflictos de la misma naturaleza ». «Esto solo tiene el objetivo de hacer  que el Kivu del Norte sea ingobernable para proceder a su balcanización », según este texto.[11]

 

El 10 de noviembre, diez personasfueron asesinadas en Ruvumbura, en el territorio de Rutshuru. Varias personas fueron también heridas y seis chicas violadas. Fuentes locales atribuyen este ataques combatientes de la rebelión del Movimiento del 23 de marzo (M23). Otras fuentes hablan de una incursión de los rebeldes Ruandeses de las Fuerzas Democráticas de la Liberación de Ruanda (FDLR). Los asaltantes  habrían llegado a la localidad a las 5:00, hora local, saqueando múltiples casas antes de retirarse.[12]

 

 

2. LA SOCIEDAD CIVIL

 

El 8 de noviembre, durante una rueda de prensa organizada en Kinshasa por el Presidente y Vice-Presidente, Thomas de Aquin Muiti Luanda Y Omar Kavota, la sociedad civil en Kivu Norte d denunció, con su última energía, todas las violaciones, robos, y asesinatos realizados todos los días en su provincia. Esto, después de una guerra que los miembros de esta asociación califican de agresión injusta impuesta a la nación Congolesa.

En cuanto a la problemática de La Fuerza Internacional Neutral, la sociedad civil en Kivu Norte sigue siendo escéptica sobre el éxito de su misión. Esta posición se refleja en el hecho de que Uganda, que ostenta la presidencia de la Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos (CIRGL) y que es, al mismo tiempo, la promotora mayor de esta fuerza, queda en realidad implicada como desestabilizadora de la parte oriental del Congo-Kinshasa. En opinión de la Sociedad Civil de Kivu del Norte, esta fuerza no es sino una maniobra para retrasar del Presidente Ugandés, Yoweri Museveni.

El Presidente de la sociedad civil, de hecho, confirmó la presencia de tropas ugandesas en el Norte de Kivu. Para dar crédito a sus palabras, como Ruanda y Uganda están en la danza, la fuerza internacional neutral con la moderación Uganda, no dará nada como resultado. «Si hay que contar con Ruanda y Uganda el M23 continuara a conquistar los territorios congoleses ».

Según el presidente Tomás de Aquino Luanda, las autoridades militares congoleñas han pedido a Ruanda de dejarles pasar, que los soldados congoleños pasen a el territorio Ruandés con el objetivo de golpear los M23 desde el exterior. Pero Ruanda se ha negado. Finalmente dijo que las demandas de la M23, diciendo que los han dejado de lado, son falsas, lo que indica que la comunidad Tutsi Congoleña tiene más oficiales y generales en las FARDC.[13]

 

El de  11 noviembre, como resultado de un taller de dos días organizado en Goma en Kivu del Norte sobre la situación de la seguridad en la República Democrática del Congo, la coordinación de la sociedad civil en las provincias de Maniema, Provincia Oriental, Katanga, Kivu Norte y Kivu Sur requirió al comité de sanciones de la ONU para castigar a Ruanda, acusado de agredir y ocupar una parte del territorio congoleño. «El comité de sanciones deberá adoptar sanciones en consecuencia a la posición ocupada de las autoridades Ruandeses implicadas en la agresión de República Democrática del Congo, obligar a la armada ruandesa a retirarse de forma inmediata del territorio congolés sin condiciones y votar una resolución pidiendo a la CPI de juzgar los responsables de graves violaciones a los derechos del hombre y crímenes de guerra dijo John Masimango la sociedad civil Maniema. Añadió que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas también tendrá que prolongar el mandato de MONUSCO, haciendo de su misión la de la imposición de la paz, con el fin de erradicar en poco tiempo los grupos armado que operan en la RDC, como el Movimiento del 23 de marzo, (M23), los rebeldes ruandeses de las FDLR, los ADF/NALU y otras milicias locales que compones las fuerzas negativas. Hablando de los rebeldes del M23, John Masimango, propone que sean llevados a la Corte Penal Internacional (CPI), y juzgados por « Violaciones graves de los derechos humanos y crímenes contra la humanidad».[14]

 

 

3. LA CONFERENCIA INTERNACIONAL DE LA REGIÓN DE LOS GRANDES LAGOS

 

El 30  de octubre, en Kinshasa, el Secretario General del Foro de Parlamentos de la Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos (CIRGL), Higiro Prosper, dijo que la solución a la crisis en la República Democrática del Congo (RDC) pasa solamente a través de la diplomacia y la política.[15]

 

El 2 de noviembre, el Secretario de Estado de Uganda en la cooperación regional, Asuman Kiyingi dijo que Uganda puede decidir retirar sus tropas de Somalia, donde forman la columna vertebral de la fuerza de la Unión Africana, y otras operaciones de paz en las que participan, si la ONU no rectifica sus acusaciones sobre el rol en el este de la RDC. Kampala ha sido acusado en un informe a expertos de la ONU que se filtró a mediados de octubre de sostener – igual que Ruanda, ya acusada anteriormente – la rebelión del M23.[16]

 

En la etapa de Bruselas, el primer ministro congoleño Matata Ponyo Mapon había considerado  «casi hipotética» una solución regional en el marco de la CIRGL.

Poniendo claramente en duda Ruanda Y Uganda en la inseguridad que está haciendo estragos en el Este, la RDC no cree más a una solución diplomática en el marco de la CIRGL donde se codeen pirómanos y bomberos.

El primer ministro Matata Ponyo fue el primero en marcar la pauta durante su última estancia en Europa. Su actitud fue dictada por el estancamiento observado en el territorio. Profundas diferencias entre los protagonistas de la crisis en el este retrasan la continuación de este proceso Por un lado, la República Democrática del Congo apoya la opción de reforzar el mandato de la MONUSCO (Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de la República Democrática del Congo) para hacer una fuerza internacional neutral en los términos acordados en el marco de la ICGLR. Lo que rechaza categóricamente Ruanda que digiere muy mal la presencia de tropas de la Monusco en sus fronteras con la RDC. Ruanda también retrasa cualquier cambio en el despliegue de la fuerza internacional neutral, prefiriendo limitar la aplicación del mecanismo conjunto de verificación previsto en el pacto que une a los países de la CIRGL.

El proyecto de despliegue propuesto por la Fuerza internacional neutral aprobado en julio en Addis-Abeba tarda mucho tiempo q concretizarse. No se dice en voz alta, pero dentro de la ICGLR ya está muerto.

En este callejón sin salida se han añadido las revelaciones contenidas en el informe que las Naciones Unidas se disponen a publicar en noviembre en relación a la rebelión en el este de  la República Democrática del Congo por las tropas del M23. Hasta hace poco, sólo Ruanda era señalada como el principal soporte del M23. Sin embargo, en su informe, los expertos de las Naciones Unidas también hacen responsable a Uganda, quizás siendo él mismo que pilota, en su calidad de presidente de la CIRGL, las negociaciones llevadas en este marco para asegurar el Este de la RDC. Uganda parece jugar un doble juego: proponerse como mediador y continuar, mientras, a apoyar en la sombra los rebeldes del M23

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Ante este marco verdaderamente limite, Kinshasa ha preferido explorar otras vías.

Recientemente, una delegación de Kinshasa fue al Congo-Brazzaville para solicitar la mediación del presidente  Denis Sassou Nguesso en la crisis que está haciendo estragos en el este de la RDC.

Los países de la comunidad internacional del Sur de África (SADC) están dispuestos a formar parte de la fuerza internacional neutra y a desplegarse en el este de la RDC.

Después de la SADC, el Mercado Común para el África Oriental y Meridional (COMESA) también ha expresado su voluntad de apoyar a la República Democrática del Congo en los esfuerzos para asegurar su parte oriental.

En Kinshasa, todavía se duda en  mostrar claramente sus colores, mientras que entre bastidores, todos reconocen la impotencia de la CIRGL proporcionar una solución duradera a la crisis en el Este.

Sin decirlo abiertamente, la República Democrática del Congo multiplica los gestos que demuestren su intención de no hacer caso al esquema realizado en el seno de la CIRGL.

Sin salir de la organización sub-regional, explora en el exterior las mejores vías para salir de la crisis. Kinshasa mientras mantiene un pie adentro y otro fuera.

Kinshasa prefiere ir a lo seguro. No le gustaría molestar la comunidad internacional, y todavía menos sus colaboradores de la CIRGL. Razón por la cual él continúa participando a todas las iniciativas. Esto es lo que justifica la reciente aparición pública del Ministro de Política Exterior Raymond Tshibanda quien dijo que cree que la fuerza internacional neutra estará en funcionamiento  « en las próximas semanas». Sin embargo, el enigma se mantiene en torno a su composición, y especialmente su financiación.[17]

 

 

4. LA COMUNIDAD INTERNACIONAL

 

El 31 de octubre, durante una conferencia de prensa en Goma, el Presidente de la Asamblea Nacional belga, André Flahaut, pidió a Bélgica y a todos los países occidentales un compromiso para poner fin al activismo de los grupos armados en el este de la RDC. También pidió a los estados afectados por la inseguridad en esta parte de África de «comprometerse para poner practica todo lo que sea necesario para detener las rebeliones y los motines». El cree que la estabilidad en la sub – región pasara por el respeto de la soberanía y de la integridad de estos Estados. «Esto es un requisito previo, no podemos considerar un dialogo si no estamos delante de los Estados que son plenamente soberanos», dijo.[18]

 

El 6 de noviembre, en una conferencia de prensa en Kinshasa, la Subsecretaria de Estado encargada de los asuntos políticos estadounidenses, Wendy Sherman, reiteró la posición de su país condenando la desestabilización de la RDC. Washington siempre presiona sobre Kigali para obligarlo a cortar su apoyo a la rebelión del M23 en el este de la RDC, dijo. Wendy Sherman también rechazo la idea según la cual los Estados Unidos parecen castigar a Ruanda, cuando la verdad es que la protegen siempre.[19]

 

El 11 de noviembre, el ministro belga de Asuntos de Exteriores, Didier Reynders, anunció que prácticamente ha suspendido su cooperación militar con Ruanda, acusado por los expertos de la ONU de apoyar la M23. El Ministro confirmó que la suspensión de la cooperación militar con Randa fue el resultado de una consulta con su colega de Defensa, Pieter De Crem. «No vamos a entrenar a militares que podrían contribuir a la desestabilización» de la República Democrática del Congo, dijo, y agregó que la cuestión de las sanciones se consideraría Kigali el 19 de noviembre por los Ministros europeos de Asuntos Exteriores el Sr. De Crem aseguró no tener ningún contacto con su homólogo ruandés (General James Kabarebe) desde la publicación del informe de la ONU. El Ministro de Defensa de Ruanda está directamente implicado en el último informe de los expertos de la ONU, que llega a afirmar que él dirige «de facto» la rebelión del M23 en el Congo.[20]

 

El 13 de noviembre, los Estados Unidos y las Naciones Unidas anunciaron sanciones contra Sultani Makenga, el líder rebelde de los M23, acusado de ser la causa de violaciones de los derechos humanos y la violación del embargo de armas en la República Democrática del Congo. Le Departamento del Tesoro de los EE.UU. ha decidido congelar los activos que pudiera poseer el jefe rebelde en los Estados Unidos. También dijo que los ciudadanos de EE.UU. que comercialicen con Sultani Makenga serán desde ahora sujetos a enjuiciamientos. Por su parte, las Naciones Unidas emitieron contra Sultani Makenga una prohibición de viajar y congelaron sus activos, acusándolo de asesinato, abuso y violencia sexual.

El gobierno congoleño, dijo el miércoles “insuficientes» las sanciones contra el coronel Makenga, según el portavoz del Gobierno Mende Lambert, que había incriminado a Ruanda.

«Sería conveniente llegar hasta el origen, es decir hasta Ruanda. Hay nombres que son mucho más importantes, mucho más decisivos, más peligrosos para la población de Kivu que Sultani Makenga. Pienso, por ejemplo, en el Ministro de Defensa de Ruanda» (James Kabarebe NDLR), Declaro el Sr. Mende.[21]

 

 

5. PARA UN ANÁLISIS

 

Durante seis meses, las relaciones entre el Congo – Kinshasa y Ruanda se han deteriorado tras las revelaciones hechas por expertos de la ONU sobre la participación de funcionarios ruandeses en la rebelión de M23. En el informe se envió el 12 de octubre al Consejo de seguridad seria  «devastador» para Ruanda y Uganda. Los redactores acusan a los regímenes Paul Kagame y de Joweri Museveni de dirigir bajo mano los insurgentes apoyarlos militarmente y  logísticamente.

Cada día que pasa, los congoleños esparcidos por los cuatro rincones del mundo proclaman su oposición a toda idea de «balcanización» de su país. Sin embargo es una pena que no se esfuerzan mucho para hacer una pregunta básica: ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Es simplemente analizar fríamente la parte de responsabilidad de las hijas e hijos del Congo el declive actual de su patria.

Los ex zaireños pretenden olvidar la Alianza de Fuerzas Democráticas para la Liberación del Congo-Zaire (AFDL) que fue creado el 18 de octubre de 1996 a la demanda de los líderes de Uganda y Ruanda. Son estos últimos los que hicieron un llamamiento a André Kisase Ngandu Consejo Nacional de la Resistencia de la democracia), a Anselme Masasu (Movimiento Revolucionario para la Liberación de Zaire), Laurent-Désiré Kabila (Partido de la revolución popular) y Déogratias Bugera (Alianza democrática de los pueblos) para camuflar la agresión del zaire en una « rebelión interna ». Ugandeses y ruandeses se han beneficiado de la ayuda de ciertos medios anglo-americanos. La historia fue la siguiente, el presidente ugandés Yoweri Museveni no Escondido que había sido él el que había introducido LD Kabila a Kagame entonces Vicepresidente y Ministro de Defensa de Ruanda.
El 17 de mayo de 1997, los habitantes de Kinshasa salieron a las calles para celebrar la entrada de «libertadores» en la capital. «¡Larga vida a los libertadores!», «Larga vida a los libertadores», gritaron los habitantes conocidos por su entusiasmo. Pero, en realidad, no había tropas congoleñas, si no que eran las tropas ruandesas y ugandesas bajo la bandera de la AFDL.

Unas semanas más tarde, las actividades de los partidos políticos han sido suspendidas por los nuevos amos del país. Extorsión, detenciones arbitrarias y detenciones se multiplican. Por no hablar de las ejecuciones extrajudiciales. Los ex zaireños, que ahora son congoleses, asisten a una especie de restauración del orden político que ellos habían denunciado y rechazado en las consultas nacionales del presidente Mobutu Sese Seko antes de su discurso de 24 de abril de 1990. El mismo que fue rechazado se ha renovado en los trabajos de la Conferencia Nacional Soberana (1991-1992). Cansados de siete largos años de la transición, el antiguo Zaire ha ejercido la opción de «pacto con el diablo». Siempre que haya un cambio.

La «liberación» del 17 de mayo de 1997 no causó la «ruptura» que se esperaba. ¿Por qué? Simplemente porque esta «liberación» fue una estafa enorme. Los tentáculos de la AFDL seguirán expandiéndose en el país a través de la RCD, CNDP y el M-23. Las Instituciones provinciales y nacionales están infiltradas. La AFDL no está muerta. «Joseph Kabila» es un producto puro. La AFDL sigue dictando los asuntos congoleños. Después de la «liberación» del 17 de mayo 1997 hasta ahora, el Congo está dirigido por «procuración». De hecho, el país está ocupado. ¿Qué hacer? Los congoleños tienen el deber de conducir a los ocupantes y a sus agentes.

Un lector deja su comentario: «La solución de expulsar a los extranjeros es conocida por todos los congoleños. El problema es cómo hacerlo cuando algunos de nuestros propios hermanos toman ventaja de esta situación y ayudan a que dure. ¿Cómo liberar un país que cuenta entre sus traidores, a sus propios ciudadanos que se encuentran en el parlamento con la capacidad de manejar la ley a su antojo?».

En Kinshasa, fuentes bien informadas dicen que «Joseph Kabila» se comportaría cada vez más como un « hombre perseguido». Perseguido por algunos «radicales» del régimen ruandés. Aquellos que le reprochan su «arrogancia» y sobretodo de haber olvidado «que actúa como un rey». Algunas fuentes indican que Paul Kagame, sostenido por ciertos lobbies anglosajones, estaría buscando una personalidad congolesa para… remplazar a« Joseph Kabila ». Varios nombres son citados. Desde  1997, Kagame nunca se ha separado de la idea de instalar un «régimen amigo» en Kinshasa, un régimen que no represente una amenaza para  «la seguridad nacional» de Ruanda.

La ironía de la historia seria que los Congoleses dejan una vez más Kagame et Museveni publicar, en 2012 o 2013, su «logro» del 17 mayo de 1997, jugando su «papel de reyes» en Kinshasa.[22]

 

En una entrevista con el diario Le Potentiel, Charles Onana, periodista de investigación francés, dice que le resulta difícil hablar de las víctimas congoleñas y el saqueo de la República Democrática del Congo en Europa, a pesar de los numerosos informes de la ONU sobre estos temas. Según Onana, los medios de comunicación y los políticos europeos, incluso de alto nivel, tratan RDC simplemente  a través del prisma de las FDLR, los Mai-Mai y haciendo caso omiso de las fuerzas de ocupación reales. Hablar por ejemplo, en detalle, del papel de Ruanda y su acción en la República Democrática del Congo es, obviamente, un tema tabú en las instituciones europeas, incluidas las organizaciones encargadas de los derechos humanos. Hay una forma de censura que no está justificada. Por tanto, es necesario romper la ley del silencio.

Sobre el este de la RDC, el periodista afirma que esta parte se ha convertido en una zona sin ley donde sólo los «rebeldes» y varios grupos armados son la ley. También es el punto de entrada de la desmembración del Congo. Nadie quiere admitir que la tragedia del pueblo congoleño en el Oriente es el resultado de una política deliberada de la depredación y la subordinación en la que las grandes potencias, las corporaciones multinacionales y los grupos mafiosos juegan un papel importante. Debo decir que los que son llamados «patrocinadores de la agresión del Congo», Ruanda y Uganda en particular, son más bien siervos de los intereses occidentales muy importantes.

Según Onana, también es probable que algunos políticos, civiles y militares de la República Democrática del Congo sean, ellos también, en conveniencia ellos también con los de Ruanda y Uganda en el dosier de la guerra del este. En efecto, hay por un lado la agresividad de Ruanda que busca controlar las riquezas y la demografía del este de la RDC y, por otro lado, el silencio de las autoridades congolesas delante el calvario de las poblaciones de esta región. Parece que un acuerdo asido organizado para aprobar la violación de la soberanía del Congo y hacer silenciar el terror infligido a sus poblaciones. Esto es muy preocupante para el futuro, ya que los congoleños no pueden seguir apoyando indefinidamente la forma en que son tratados y quizás se rebelaran contra la injusticia de que son víctimas. Un día, habrá que escucharlos. Pero me temo que ya es demasiado tarde.

Por ahora, las grandes potencias y los actores que tiran de los hilos en esta región y mantienen esta inestabilidad en el Congo han ganado mucho dinero. No ven porque Tendrían que reflexionar en dejar su statu quo ya que es muy «rentable» para ellos. También hay que saber que aquellos que hacen negocios en periodo de guerra y de inestabilidad solo sueñan en una perpetuidad del conflicto en la  RDC. Sin embargo deben contar con la voluntad del cambio en Ruanda y en el Congo. Después de haber apoyado las elecciones amañadas en los dos países y alentado la censura y la criminalización del poder, encontrar otra «receta» no será algo fácil. Sin embargo, los ruandeses, como los Congoleses no han dejado de ofrecer soluciones razonables para un retorno a la paz., a la estabilidad y a la prosperidad. Es por tanto una batalla feroz entre los partidarios del respeto del derecho internacional y los defensores del caos político.[23]

 

 

POR LA PAZ EN EL LA REPUBLICA DEMOCRATICA DEL CONGO

 

FIRMAR Y DIFUNDIR LA CARTA A CATHERINE ASHTON

Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad

 



[2] Cf  Boletín de la sociedad civil de Kivu del Norte

[3] Cf  Boletín de la sociedad civil de Kivu de Nod

[4] Cf Kivu-Avenir, email 31.10.’12

[5] Cf Radio Okapi, 14.11.’12

[6] Cf Radio Okapi, 10.11.’12

[8] Cf Radio Okapi, 10.11.’12

[9] Cf AFP – Goma, 10.11.’12

[10] Cf Radio Okapi, 29.10.’12

[11] Cf Radio Okapi, 04.11.’12; AFP – Kinshasa, 05.11.’12

[12] Cf Radio Okapi, 10.11.’12

[13] Cf La Prosperidad – Kinshasa – Africatime, 10.11.’12

[14] Cf Radio Okapi, 11.11.’12

[15] Cf Radio Okapi, 30.10.’12

[16] Cf AFP – Kampala, 02.11.’12. Cerca de 6.500 soldados ugandeses son desplegados en Somalia en el seno de la Fuerza de la unión Africana (Amisom), cuyos 17.000 hombres apoyan el débil embrión de armada nacional somalí contra los insurgentes islamistas shebab. La armada ugandesa pilota y constituye igualmente la mayoría del contingente de la fuerza de intervención regional puesta sobre el territorio por la UA y está encargada de localizar al Ejercito de resistencia del Señor (LRA), una rebelión inicialmente basada en el Norte de Uganda, pero que desde ahora se ha extendido en los países vecinos. Una centena de policías ugandeses participan igualmente en diversas misiones de paz para la ONU en Darfur (oeste de Sudan), en Sudan del Sur, en Liberia y en Timor Oriental. Expertos Ugandeses son igualmente presentes en el seno de la Onuci, la misión de la ONU en Costa de Marfil. Ocupando la presidencia de los Países miembros de la CIRGL, Uganda coordina también los esfuerzos de los dirigentes de la región de los Grandes Lagos que están tratando de poner en el territorio «una fuerza internacional neutra» Responsable dela lucha contra los diversos grupos armados activos en el este de la RDC. Uganda ofrece finalmente una mediación indirecta Kinshasa y los rebeldes M23.

[18] Cf Radio Okapi, 01.11.’12

[19] Cf Radio Okapi, 07.11.’12

[20] Cf Belga – La Libre Belgique, 11.11.’12

[21] Cf Radio Okapi, 14.11.’12; AFP – Kinshasa, 14.11.’12

[22] Cf Baudouin Amba Wetshi – Congo Indépendant, 07.11.’12

http://www.congoindependant.com/article.php?articleid=7633

[23] Cf Robert Kongo – Le Potentiel – Kinshasa, 07.10.’12

http://www.lepotentielonline.com/1726-charles-onana-la-tragedie-que-vit-le-peuple-congolais-a-l-est-est-le-fait-d-une-politique-deliberee-de-predation

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Traducción al español dentro del proyecto PerMondo para la traducción gratuita de páginas web y documentos para ONG y asociaciones sin ánimo de lucro. Proyecto dirigido por Mondo Agit. Traductora:  María Carrion

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